YA desde el recinto de entrada al BEC se encuentran pistas de dónde podemos estar. A lo lejos se escuchan temas como el de la serie Marco, Dragones y Mazmorras o, incluso, la banda sonora de la película Frozen. Conforme nos acercamos, nos topamos con un personaje de videojuego que hace cola para acceder al recinto mientras que algún que otro participante madrugador, en zapatillas de andar por casa, vuelve a entrar a este con el desayuno entre las manos. Esto es la segunda jornada de la 30 edición de la Euskal Encounter y, aquí, además de disfrutar de la informática, se duerme muy poco.

A las 11.30 de la mañana, todavía se ve alguna silla vacía, casi todas, estilo gamer. Como las de Aitor y Andrés, de 18 años, que “después de que ayer se alargara la noche hasta las seis” vuelven a sus posiciones para no perderse la siguiente actividad. A las doce toca desfile; pero no de moda, sino de cosplay, una modalidad que consiste en disfrazarse de cualquier personaje de anime, manga, libros o videojuegos. Por la pasarela se dejan ver una versión masculina de Lara Croft, al Pokemon Charizard con su correspondiente entrenadora, a Harley Queen, a Wonder Woman, entre otros. “Llevo viniendo cuatro o cinco años, pero como este año me teñí el pelo de blanco plateado y vi que había concurso de cosplay, decidí presentarme y vestirme como el protagonista de The Witcher”, explica Arkaitz, participante bilbaino de 25 años.

“Después de la pandemia la gente se está apuntando a todo, ha entrado con unas ganas locas. Hay como un subidón generalizado”, apunta Sabino San Vicente, organizador general de esta edición. Un ejemplo de ello es Leire, que ha decidido acercarse desde Oviedo con su hijo Daniel de tan solo cuatro meses: “Siempre nos ha gustado este tipo de cosas,estar con los amigos y es una oportunidad que tenemos”. “Estamos muy satisfechos: esperábamos entre 2.000 o 2.500 asistentes y hemos superado ampliamente las expectativas”, señala San Vicente.

Las torres, las pantallas o las videoconsolas no son las protagonistas absolutas de la zona de los participantes de esta gran feria de la informática. En el suelo, se ven una multitud de neveras ; en las mesas, latas de Coca-Cola, Monster, y, sobre todo, agua. Nacho, Javier y Jorge han venido pertrechados de “casi todo” porque “el domingo es fiesta y el lunes, también”. Lomo, salchichas, pollo, queso… “Somos de Madrid y hemos venido aquí desde hace 14 años porque era una forma de pasar una parte de las vacaciones de forma barata, tranquilos y haciendo lo que nos gusta”. ¿A qué juegan? Fornite, Proyect Zomboid, Fall-Guys o el LOL parecen ser algunas de las elecciones más recurrentes entre los participantes. “Solemos pasar una media de 12 horas frente al ordenador. Dormimos entre 5 y 6 horas y se duerme bien, excepto por los roncadores”, admiten estos tres amigos madrileños. Gaizka, de 29 años, prefiere aguantar más frente a la pantalla: “Si quieres dormir como una persona normal entonces pasarás unas 13 o 14 horas delante del ordenador. Yo he llegado a estar 20 o más. El viernes estuve poquitas: entre 14 y 15”, reconoce el joven gasteiztarra.

Si el sueño es escaso, al menos que sea de calidad. Para esto, la Euskal Encounter también está preparada. Después de atravesar el atrio principal, se descubre una multitud de tiendas de campaña de todos los tamaños, colores y marcas. Junto a ellas, colchones hinchables, esterillas, sacos y, en toda la sala, silencio, que aquí se descansa.

Todos aquellos y aquellas que quieran acercarse a esta 30 edición tienen tiempo hasta el próximo lunes 25. Entre otras actividades, los amantes de la informática pueden participar en dos espacios de realidad virtual, manejar diferentes tipos de dron en un circuito cerrado, asistir a talleres tenológicos y conferencias o visitar un una muestra de máquinas de videojuegos retro.