El bello y antiguo órgano de la parroquia de Zeanuri, construido en 1910 en el taller barcelonés del organero vizcaino Lope Alberdi Rekalde, va a ser sometido, durante los próximos 10 meses, a un exhaustivo y minucioso proceso de restauración. En su centenario “se realizó una importante labor de puesta al día”, recuerda en párroco Jose Mari Kortazar, pero después de tantas décadas acompañando con su música a cientos de vecinos y feligreses en la alegría de los bautizos o las bodas, la sentida despedida a los difuntos, en las misas dominicales o en los conciertos del coro del pueblo, “como sucede en todas estas obras centenarias, es preciso realizar una restauración integral en profundidad”, explica.

La adquisición de este instrumento musical fue costeada por la parroquia, que pagó 15.000 pesetas de la época, y su puesta de largo e inauguración tuvo lugar el 15 de agosto de 1910. Se trata de un órgano romántico con dos teclados de 56 notas cada uno, más un pedalero de 27 notas que funciona en su totalidad por transmisión mecánica, “una auténtica joya, lo mejorcito del constructor, junto a los realizados para la parroquia de San Trokaz de Abadiño y la de San Bartolomé de Areatza-Villaro, estrenado el año 1913”, apunta el párroco. Además de su calidad, la importancia de los órganos durante muchas décadas del siglo pasado radicó en que eran considerados como “la orquesta sinfónica del pueblo, ya que para la gente de los pequeños municipios era la única opción de escuchar el sonido y timbre de tantos instrumentos musicales sin salir de la localidad, a la que nunca llegaban las orquestas sinfónicas, por falta de costumbre y presupuesto”, precisa.

En el caso de la joya musical de la parroquia de Zeanuri, “podemos decir que va a entrar en cuidados intensivos” con el objetivo de que recupere su esplendor y estado original. Su restauración va a correr a cargo de los profesionales de la empresa A. Turanzas Organeros y algunas de las labores a realizar se llevarán a cabo en la misma parroquia y para otras actuaciones, de carácter más minucioso y delicado, será necesario trasladar diferentes elementos del órgano a su taller de Igorre. “Su compromiso es no introducir ninguna modernización ni materiales distintos a los empleados en su construcción original. Para ello, se utilizarán pieles y maderas de la misma naturaleza y especie que las originales”, asegura Kortazar. Y entre otras cuestiones, la restauración se centrará, sobre todo, en la caja y fachada, en la consola, el teclado, transmisión de notas y registros, los secretos, fuelles, motor-ventilador, porta vientos y tubería, para una posterior afinación.

El presupuesto del proyecto llega a casi los 80.000 euros, una importante cantidad que será costeada por la parroquia, “aunque será bien venida cualquier ayuda de particulares o instituciones”. El de Zeanuri es solo uno de los muchos órganos que hay en el valle de Arratia junto a otros como el Areatza, también un Lope-Alberdi inaugurado el primero de agosto de 1913, el de Bedia y el de Artea, recientemente restaurados, o los que existen en Lemoa, Dima e Igorre..