La Diputación ha iniciado los estudios previos necesarios para construir la variante de Rekalde, paso imprescindible para poder derribar el viaducto de la A-8 que atraviesa este barrio bilbaino. Según ha adelantado el diputado foral de Infraestructuras y Desarrollo Territorial, Imanol Pradales, en el pleno de control de las Juntas Generales que se celebra este miércoles, el análisis de la información geotécnica, medioambiental y urbanística se prolongará durante seis meses. De cumplirse los plazos previstos, el viaducto podría ser historia para los vecinos en verano de 2032.

Pradales ha comparecido en el pleno, al que han acudido también representantes de los vecinos de Rekalde, a petición de EH Bildu y el PP, para explicar que antes de elaborar el proyecto constructivo de la variante "es necesario analizar los antecedentes, la información urbanística, ambiental y geotécnica básica", y realizar todos los trabajos previos "que nos permitan identificar los puntos críticos y los plazos de ejecución".

Según ha anunciado el diputado foral, estos trabajos ya están en marcha y se prolongarán durante seis meses. Y es que el departamento dispone de presupuesto para elaborar este tipo de estudios, "por lo que no se requiere de una dotación adicional. Seguimos dando pasos".

Pradales ha cifrado también en 116 meses el plazo necesario para ejecutar la variante y el derribo; ello supone que, de iniciarse todo el proceso administrativo una vez se tenga la información básica en la mano, en verano de 2032 su silueta podría desaparecer de Rekalde. "Un proyecto de esta magnitud son muy largos en el tiempo", ha advertido.

"La construcción de la variante y la posterior demolición del viaducto exigen un enorme esfuerzo técnico, administrativo y, llegado el caso, presupuestario. Estamos ante un proyecto complejo, largo en el tiempo, de gran magnitud, con impactos muy relevantes desde el punto de vista de la funcionalidad de la Solución Sur en la A-8; no nos olvidemos que pasan miles de vehículos cada día. También desde el lado urbanístico y medioambiental, ya que hay que construir en túnel, con lo que eso conlleva", ha alertado el responsable foral.

NECESARIA UNA ALTERNATIVA

Para ejecutar el derribo del viaducto es imprescindible construir antes la variante: "Si no hay alternativa no se puede demoler", ha recordado Pradales. Una vez que se tengan las conclusiones de esos estudios previos, "hay que preparar el pliego de licitación del proyecto constructivo, contratar este y realizarlo. 48 meses de trabajo".

Tras contar con el proyecto constructivo, ha continuado, "hay que preparar el pliego de licitación de las obras de la variante, contratar esas obras, realizarlas y demoler el viaducto. 68 meses adicionales". En total, 116 meses "de trabajo constante" para construir la variante y demoler el viaducto.

El alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, dijo recientemente que apostaba por derribar el viaducto de Rekalde lo antes posible. De hecho el PGOU recoge su desaparición y la construcción de una variante anunciada esta mañana en Gernika por el diputado Imanol Pradales.