Ángel María Navarro, José Antonio Goitia, Ciriaco Molinuevo, Francisco Javier Angulo y José María García. Son los cinco sacerdotes mayores de 80 años vinculados a Laudio o que han desarrollado su labor pastoral en la localidad durante varias décadas que han recibido esta semana un homenaje público a través de Cosecha 48, agrupación cultural del municipio que lleva años reconociendo la trayectoria de vecinos y asociaciones locales a través de sencillos actos que culminan con la entrega de un diploma.

En esta ocasión, el evento fue diferente ya que tuvo como escenario la parroquia de San Pedro de Lamuza y se abrió con el oficio de una misa concelebrada a la que acudieron numerosos fieles para mostrar así cariño y agradecimiento hacia sus curas más veteranos. A continuación tomó la palabra, desde el atril, Juan Carlos Pinedo, otro sacerdote muy querido en la localidad puesto que durante siete años prestó sus servicios a su comunidad religiosa de la iglesia laudioarra. En su intervención puso a sus compañeros homenajeados como ejemplo de personas que consagran su vida al estudio y práctica religiosa, pero destacó que “han querido hacer una iglesia cercana al pueblo” teniendo como primera línea de su acción “a los pobres y más necesitados”. Alejados de la arcaica consideración de príncipes que pertenecen a una clase privilegiada, Ángel María Navarro, José Antonio Goitia, Ciriaco Molinuevo, Francisco Javier Angulo y José María García han sido, sin embargo, “parte y servidores de esta sociedad, y se han involucrado con su comunidad cristiana”, aseguró Pinedo. Esa actitud abierta y cercana se ha plasmado también en la forma de llevar a cabo la liturgia, “con sermones que interesan y que se pueden entender”.

Juan Carlos Pinedo tuvo, además, palabras de agradecimiento hacia la comunidad cristiana laudioarra “porque nos hemos sentido siempre acompañados y queridos” y hacia Cosecha 48, asociación a la que también pertenece, “por haber pensado en nosotros, en nuestros compañeros sacerdotes, para este reconocimiento”. La sensación es que “formamos parte de un mismo grupo en su caminar y peregrinar a lo largo de la vida”, un trayecto de fe y devoción “en el que, seguro, hemos cometido algún error y, por eso, perdimos también perdón, pero este homenaje es muestra de que también hemos hecho cosas bien”.

Cinco reconocimientos

Tras estas palabras, llegó el momento de la entrega de diplomas. El primero fue para Francisco Javier Angulo quien expresó su agradecimiento a la comunidad cristiana del pueblo de Laudio porque “sin vosotros no hubiéramos hecho nada” y animó a seguir “haciendo piña para seguir trabajando por Laudio, sobre todo por la juventud que tanto lo necesita”. Además, recordó el compromiso y el lema que ha guiado siempre su labor pastoral: “me gastaré y desgastaré por vuestras almas” porque “yo, con mi persona, soy los demás”. Así lo ha demostrado desde que, en 1983, fue designado como párroco de la parroquia de San Ignacio, en el barrio de Ugarte con la organización de Semanas Culturales en las que han ofrecido charlas personas muy preparadas sobre temas relacionados con el pueblo y sus problemáticas, actividades festivas en Navidad o Carnaval, excursiones o viajes culturales como los llevados a cabo para completar la ruta del Jubileo: Jerusalén, Roma, Caravaca de la Cruz, Santiago de Compostela y Santo Domingo de Liébana.

Gracias también a la gran labor social realizada por Javier Angulo, de la parroquia surgió el grupo juvenil Ugarteko Gazteak , y al disponer del título de director de tiempo libre, impulsó campamentos a los que iban un centenar de chicos y chicas y además fue el promotor de un popular torneo de futbito primero denominado Ayala-Encartaciones y después San Ignacio de Ugarte.

El testigo a la hora de recoger el diploma otorgado por la asociación Cosecha 48 fue José María García, que ya fue objeto de un homenaje por su trayectoria y labor pastoral público en el santuario de Santa María del Yermo, ubicado en la zona rural de Santa Lucía. En esta ocasión, pidió ante los fieles que asistieron al acto “disculpas y perdón a las personas a las que no he respondido como sacerdote” y mostró su agradecimiento “a las personas que me han permitido vivir mi vocación como cura”. José Antonio Goitia, por su parte, se dirigió a sus convecinos explicando que “como vosotros, yo también empecé mi historia aquí”. Tanto que recuerda su vida ligado directamente a la parroquia de San Pedro de Lamuza. “Fui monaguillo desde chiquitín, desde la época en la que cobrábamos 3 pesetas al mes por atender todas las misas de los días de labor”.

Quienes no pudieron recibir in situ el reconocimiento del pueblo y la distinción de Cosecha 48 fueron, por problemas de salud, Ángel María Navarro y Ciriaco Molinuevo, pero hicieron llegar a través de familiares y del equipo pastoral su agradecimiento. Molinuevo es otro de los sacerdotes que ya tuvo su personal homenaje en torno a enero de 2020, fecha en la que se cumplió el 50 aniversario de su llegada a Laudio. Agentes sociales y culturales quisieron, entonces, poner en valor no solo su dedicación a la comunidad cristiana sino también su compromiso e implicación activa en otros aspectos de la sociedad laudioarra ya que, entre muchas cuestiones, participó en la creación de la Ikastola Laudio dinamizando las asambleas previas a su puesta en marcha y fue pionero en el uso e introducción del euskera en las misas.

La mirada de Cosecha 48

La asociación cultural impulsora del homenaje acumula ya una destacada trayectoria poniendo el foco de sus sencillos reconocimientos públicos en personalidades o asociaciones locales de cierta notoriedad, pero también más anónimas o desconocidas como es el caso de los ofrecidos a Emilia Larrazabal, por toda una vida dedicada a enseñar a tejer, o María Barrios, cocinera que se inició en el oficio en el palacio de verano de los marqueses de Urquijo y que también trabajó en su residencia de Puerta del Hierro, en Madrid, y para la familia Delclaux.

Sus panegíricos y diplomas han tenido otros muchos protagonistas como la Sociedad Ciclista Llodiana, el pintor Floro Urquijo, Ángeles Arbaizagoitia -fundadora y presidenta de Asasam, Agrupación Ayalesa de Familiares y Personas con Enfermedad Mental- la Banda de Música de Laudio, la asociación micológica, la agrupación Larra Bustingintza o Juanjo Salazar, entre otros . l

“Mi lema ha sido desde el inicio de mi labor pastoral: yo con mi persona soy los demas”

Sacerdote homenajeado

“Hemos querido hacer una iglesia cercana al pueblo y que ayuda a los más necesitados”

Cura y miembro de Cosecha 48