El Ayuntamiento de Lekeitio ha puesto proa a la puesta en valor de la isla de Garraitz, con la que pretende recoger los hallazgos realizados en sus yacimientos arqueológicos y sus valores medioambientales. Parte indisoluble del frente costero de la villa, el Consistorio ha dado luz verde a las actuaciones recogidas en un plan elaborado por la sociedad de ciencias Aranzadi -que tanto ha trabajo en el enclave junto a la asociación en defensa del patrimonio local Atabaka- que dispondrá de 200.000 euros. Nombrado parque arqueológico por el Gobierno vasco en 2019, las actuaciones arrancarán en otoño de este año para proseguir en primavera de 2013. El objetivo es llegar con todos los deberes hechos para 2025, año en el que Lekeitio festejará el 700 aniversario de su fundación como villa.Tres son las áreas destacadas como puntos arqueológicos en Garraitz: dos referentes a su papel histórico como zona religiosa y otro espacio que acogió una batería militar. Son espacios ya sondeados por Aranzadi -a cargo del especialista Alfredo Moraza- estos últimos años, en los que se han logrado rescatar algunas piezas históricas. Es el caso de una de las monedas descubiertas en el yacimiento de la isla lekeitiarra, de procedencia belga y del siglo XIV, entre los años 1355 y 1383, según los resultados de los análisis del departamento de numismática de Aranzadi. Según el alcalde Koldo Goitia, se trata de “consolidar las ruinas existentes”, una tarea a la que se ha encomendado Atabaka y Aranzadi durante las últimas temporadas veraniegas de la mano de voluntarios, además de una fase posterior en la que el propósito será asegurar una correcta interpretación de la zona.

En un principio, el plan municipal pasa por iniciar las labores este otoño, tras las fiestas de San Antolín. Antes, prevén licitar las obras. Y después se llevaría a cabo una segunda acometida, fechada para primavera de 2023. “Hay que ser consciente de que se trata de una isla a la que se puede acceder gracias al malecón”, incidió Goitia, quien agrega que su propia morfología “es un condicionante importante”. En verano, Garraitz -de 6,5 hectáreas de extensión- suele ser una área muy utilizada por los bañistas de la cercana playa de Isuntza. Asimismo, destacan otras investigaciones como acerca de la botánica del islote, “que también tendremos muy en cuenta”, abundó.

Fue en 2015 cuando Atabaka inició un proyecto de investigación del patrimonio en la zona y hace dos años se implicó el Gobierno vasco, cuando lo calificó como parque arqueológico, lo que permite mejorar su conservación. En el islote confluyen yacimientos que van desde la Edad Media al periodo moderno, entre los siglos XIV al XIX, y esa misma designación ha abierto nuevas puertas para poder realizar más estudios. “No se puede descartar que en un futuro se hallen restos de la época romana”, como los encontrados en las inmediaciones el casco histórico de Lekeitio, según señalaron entonces fuentes municipales. Esos mismos portavoces ya resaltaron en aquellos tiempos la importancia de la elaboración del proyecto Garraitz 25 para poner en valor y documentar los yacimiento, un necesario paso que se podrá dar próximamente.