Barrika forma parte de su corazón. En esta localidad costera de Uribe Kosta nació, se crió y vive actualmente, donde además regenta la casa rural Zearreta Barri. Los orígenes de Joseba Zarraga, natural del barrio de Erretxola, -actual Elexalde-, están ligados al municipio desde hace dos siglos. Un profundo legado que le ha permitido ir escarbando y conociendo de primera mano los orígenes del municipio. Un conocimiento que, unido a una ardua labor investigadora de 17 años, ha plasmado en un libro titulado In Bizkaia Sanctam Mariam de Barrica, In Bizkaia Sanctam Mariam de Barricaque presentará próximamente en el aula de cultura de Goierri.“Es el trabajo de toda una vida”, resume satisfecho, tras culminar una obra con la que se siente plenamente identificado. “Han sido muchos años recopilando datos de Barrika e intentando conocer un poco la vida de su gente desde tiempos inmemoriales. Al final conseguí una colección de datos muy interesantes, que al contárselos a mis amigas y amigos me animaron a escribir este libro de historia de Barrika”, explica.

Esta labor comenzó hace cerca de dos décadas, cuando empezó a recopilar información a través de las historias familiares. “Todo surgió a raíz de las historias que me contaban mi tío y mi abuelo, que eran marinos y desembarcaron en Nueva York, y conocieron el país yendo a visitar a una tía nuestra que vivía en Idaho”, describe.

También la herencia heráldica familiar tiene un peso importante en la publicación. “El caserío que teníamos tenía un escudo de armas y siempre me ha llamado la atención”, reconoce. Por eso, inicialmente indagó en su familia San Juan y Santamaría de Azpe, por parte de sus bisabuelos paternos, quienes llegaron al pueblo en la segunda mitad del siglo XIX. “Siempre me atrajo ese blasón de la fachada principal y el pozo en su lado norte para sacar el agua con un cubo, ambos elementos únicos en Barrika. Siempre le di muchas vueltas a estas cosas y me preguntaba: ¿De quién sería el escudo de armas? ¿Quiénes vivieron en él”, tal y como relata en el prólogo del libro.

Investigación

En este sentido, merece una mención especial su aportación histórica gracias a la recopilación de información heráldica sobre catorce escudos de armas de la localidad desde el 1600. Para ello ha buceado en los orígenes del municipio, bien mediante entrevistas a vecinos y familiares, o buceando en archivos municipales y provinciales. “La eterna pregunta de los barrikoztarras era: ¿ese caserío de cuándo será? o también,¿ese caserío de cuándo será? ¿cuál será el más antiguo?, relata. Cuestiones que ha tratado de resolver en su publicación, una obra que consta de catorce capítulos donde habla sobre la vida de los barrikoztarras, la anteiglesia y sus orígenes que se remontan a 1052, la historia de las casas-taberna, los montes comunales, la mar y sus gentes, además de incluir un apartado con la lista de capitanes propietarios de navíos, corsarios, piratas; el castillo, escuelas y ayuntamiento, así como un profundo y detallado estudio de los viejos solares de los siglos XV, XVI y XVII, junto con otro capítulo con las de los siglos XVIII y XIX, la histórica residencia-asilo Elorduy, personajes de ilustres, etc. Sin duda, una fuente de información primordial que trascenderá a las siguientes generaciones.

Apellidos

Sobre esta línea, en el libro ahonda también en los lazos familiares de vecinos de la localidad repartidos por todo el mundo. “A mi casa ha venido gente de Estados Unidos que se apellida Barrika. Entonces cuento una historia basada en un caserío de una niña abandonada que a través de generaciones y generaciones acaba en Filipinas, luego en Nueva York y que finalmente acaba visitando mi casa”, expone. A este respecto, Zarraga ha visitado a algunas de esas familias barrikoztarras al otro lado del charco. “Por ejemplo, hay apellidos prácticamente únicos como Musaurieta, que luego encuentro en ciudadanos de Chile, Perú, Argentina. También hay otros como Zandeliz, que he visto escrito en un gran edificio de La Habana, Cuba”, apunta.

Unas conexiones que ha investigado gracias a una afición muy particular durante sus viajes al continente americano. “Cuando viajo a un país me gusta coger la guía telefónica y ver cuántos apellidos hay de Barrika porque sé que algunos como Floriategui, Garramuño, Lopeola, Musaurieta, Aranbaltza, Txarta, etc., son de aquí”, indica. Unos lazos que se remontan a cuando los jóvenes de la localidad se embarcaban rumbo a América. “Los chavales ya con 14 años iban en barcos como grumetes o pajes en los barcos. En Barrika teníamos tres puertos: uno en Barrikabaso, detrás de San Telmo, otro muy pequeño, un fondeadero, en Muriola o Muriolaga y un tercero que desvelo en el libro”, concluye con suspense para animar a su lectura.

“En Barrika teníamos tres puertos: detrás de San Telmo; en Muriola y otro que desvelo en el libro”

Vecino de Barrika