La Paloma se prepara para alzar poco a poco su vuelo incluso preparando su nido en tierra. A pesar de la pandemia y sus consecuencias nefastas para el sector aéreo, el aeropuerto de Bilbao sigue adelante con sus planes para dotar a las instalaciones aéreas de aparcamientos suficientes a los vehículos privados. La intención es poner a disposición de los viajeros para el año que viene 1.200 nuevos estacionamientos en diferentes puntos alrededor de la terminal, los cuales complementarán los actuales 3.700.El plan se pergeñó antes de la pandemia, en 2019, el año en que La Paloma superó todos sus récords de operaciones y pasajeros. Entonces se comprobó que el número de plazas para aparcar existentes eran insuficientes en momentos de ajetreo vacacional y varios días de ese año se tuvieron que habilitar espacios provisionales tras colapsar los estacionamientos, incluso los más costosos. Fue en ese escenario de crecimiento de viajeros aéreos donde también surgieron hasta cinco empresas privadas que ofrecían estacionamientos en naves industriales ubicadas en los municipios cercanos al aeropuerto por precios más bajos que en los parkings de Aena. Aparcar era un negocio.

Con esas óptimas circunstancias y las previsiones de seguir creciendo, la dirección del aeropuerto decidió ampliar la oferta de parkings que asegurara el futuro de la terminal en este servicio durante varios años más. Una hoja de ruta que permitiera complementar las 3.700 plazas que ofrecía en 2019 divididas entre el P1, el gran estacionamiento ubicado ante la terminal con 2.924 parcelas en cinco plantas, el de larga estancia, que cuenta con 672 plazas y dos pequeños parkings express que suman un centenar más.

Se localizaron hasta cinco puntos nuevos donde poder estacionar. Reconvertir el viejo espacio donde aparcaban autobuses y taxis a la entrada del vial que rodea la terminal, generar una nueva superficie a un centenar de metros más adelante del estacionamiento descrito, adecentar la azotea del parking principal, contar con las plazas a crear en el bloque técnico a donde se mudarán los trabajadores del aeropuerto y ampliar el aparcamiento de larga estancia situado a la izquierda del edificio aéreo.

Los dos primeros estacionamientos ya han sido construidos durante la pandemia pero se mantienen cerrados por la evidente falta de usuarios. “En la actualidad hay dos plantas sin ocupar en el estacionamiento principal”, indican desde Aena.

En el primero, denominado P4, se han habilitado 160 nuevas plazas que cuando entren en servicio tendrá unas tarifas más baratas que las que se pagan en el P1. La razón es su lejanía de la terminal y que los usuarios tendrán que recorrer casi medio kilómetro bordeando la carretera de acceso a la zona de Salidas y sin cubierta de protección superior.

El segundo espacio finalizado lo usarán los empleados de las diferentes empresas que operan en La Paloma, que tienen consideración de abonados, y que hoy ocupan una parte de la planta baja del parking principal. Esas 250 plazas serán destinadas en su integridad al público en general una vez que se produzca la mudanza a la nueva ubicación.

La intervención de mayor enjundia comenzará esta primavera con las obras del estacionamiento P3, el que se convertirá en una nueva planta por encima del parking principal. Aena adjudicará en breve los trabajos para que en el plazo de 18 meses y tras invertir algo menos de 5,8 millones de euros se dote al aeropuerto de 565 nuevas plazas, 16 de las cuales se destinarán a coches eléctricos y 19 serán reservadas para personas de movilidad reducida. Todas ellas tendrán marquesinas de protección y la conexión con las plantas inferiores del P1 se realizará a través de dos de los ascensores del núcleo de comunicaciones actual y ocho escaleras.

El bloque técnico que se estrenará el año que viene incorpora un aparcamiento al aire libre de 200 plazas y otro más pequeño de 38 que serán de uso exclusivo para los empleados de Aena. Ello permitirá también liberar para los viajeros otras tantas parcelas del P1 que ahora ocupa el personal de La Paloma. Finalmente, el último estacionamiento previsto, la ampliación del de larga estancia con 800 espacios nuevos ha quedado en barbecho hasta que “realmente se requiera su uso”, indicaron desde la dirección del aeropuerto, algo que al menos en los próximos dos años será una quimera vista la situación sanitaria.

Parking P1

Inaugurado con la nueva terminal es el más espacioso con 2.924 plazas en cinco plantas que se reparten viajeros, clientes vip, empleados de aeropuerto y trabajadores de empresas que operan en ‘La Paloma’.

Parking P2

Puede acoger hasta 672 vehículos de viajeros que tardarán varios días en volver y quieren dejar a buen recaudo su coche para cuando vuelvan. Necesita hacer una reserva previa.

Parking P3

La obra más importante del plan de aparcamientos. Supondrá 565 nuevos espacios que se habilitarán en la cubierta del P1, contará con acceso de vehículos propio y conexión peatonal con la terminal.

Parking P4

Ubicado donde antes aparcaban autobuses y taxis, en la carretera de acceso a ‘La Paloma’. Se han generado 160 parcelas que no se usan de momento por la falta de demanda.

Los exprés

Son los estacionamientos más costosos por su cercanía tanto a la zona de Salidas como de Llegadas. Suman entre las dos áreas 103 espacios para coches.

Para abonados

250 plazas construidas el pasado año para el uso futuro de los trabajadores de empresas que prestan servicio en el aeropuerto. De momento no se ha abierto al haber espacio suficiente en el P1 donde estacionan en la actualidad.

Nuevo bloque

Son 238 plazas ubicadas en dos áreas, una en planta baja y otra en superficie, que se generarán con las nuevas dependencias que ocuparán los trabajadores del aeropuerto en 2023 tras abandonar la actual terminal.

15 m.

El plan en marcha de la dirección del aeropuerto para asegurar plazas suficientes de estacionamiento de vehículos para la actual década prevé un desembolso aproximado de 15 millones de euros en total.