- Parecería que el espacio creativo Artekale es un mago con chistera de la que salen palomas o flores pero no hay magia sino esfuerzo y confianza en la potencialidad creativa de las personas. Es lo que se esconde detrás de la labor socio educativa que desde octubre de 2018 desarrolla esta asociación muskiztarra que cuenta con cerca de 50 familias asociadas. "Buscamos crear un espacio para disfrutar de relaciones sanas, fomentando el desarrollo individual y los valores base de nuestra sociedad, promocionando la capacidad creativa y cualquier disciplina que favorezca al colectivo acercando alternativas que posibiliten nuevos horizontes", resumen Patricia Morales, presidenta de Artekale, y sus compañeras de directiva, Cristina Cabreira y Alba Romero.

Cuando abrieron en 2018 plantearon varias jornadas de puertas abiertas para recibir a cualquier vecino de Muskiz que tuviera curiosidad en conocer lo que podía hacer en Artekale y para ello organizaron presentaciones semanales en las que daban a conocer su peculiar filosofía. "Esta filosofía se basa en lograr que la faceta creativa, sea de la índole que sea, tenga un espacio en Muskiz. Que la gente que tenga inquietudes creativas, sean artísticas, desde el dibujo a la fotografía, pasando por el canto o el baile, o inquietudes por actividades gastronómicas o de salud corporal, yoga, gimnasia, nutrición tengan cabida en Artekale", desentrañan las directivas de esta asociación que también deja espacio para "la economía familiar, malabares para niños o salidas nocturnas". Para atender a las diferentes demandas alternan a profesionales que imparten cursos, charlas o talleres sobre temas diversos con voluntarios de la propia asociación "que organizan cosas para los demás", reseñan.

"Nadie está obligado a realizar actividades para los demás pero sí pueden proponer actividades que bien pueda llevarlas a cabo un padre o una madre, como los que hemos de tenido de Blandiblú, de manualidades o de costura, por ejemplo, o bien a través de una persona especializada en esa materia", explican en Artekale. El nombre de la entidad no obedece tanto al hecho de que su local se encuentre en esta calle de Muskiz como a la fusión de las palabras arte y kale, dos de los elementos esenciales de la asociación que trabaja para los vecinos de Muskiz.

"Nuestras propuestas siempre son trimestrales porque queremos que la gente se sienta a gusto y no forzar un compromiso para todo el año", remarcan desde Artekale a la vez que son conscientes de que "de esa manera fluyen más ideas, aunque claro está si hay propuestas que tienen demanda pueden rebasar ese plazo temporal". En la actualidad la asociación está captando socios y cerrando los grupos de yoga, canto, pintura intergeneracional, zumba e ilustración.