Familias de Mungia han pedido al Ayuntamiento de su localidad que permita a los chavales pagar las multas que les han impuesto acusados de practicar botellón en las fiestas de San Pedro mediante trabajos sociales, algo que muchos municipios de Bizkaia y también de otros territorios tienen recogido pero que en el caso de esta localidad no está contemplado. Los padres se quejan de que “es un castigo para nosotros porque los chavales son insolventes”.

La práctica de botellón y las aglomeraciones en las no fiestas que se están celebrando en la mayoría de los municipios de Bizkaia se está convirtiendo en un problema añadido a la pandemia. Nunca antes el disfrute del ocio y la salud se habían situado en polos tan opuestos. Las medidas cautelares para evitar que el coronavirus avance dan en la línea de flotación de una juventud que lleva más de un año a golpe de restricción.

“Están resignados y hartos”, señala Ane, nombre dinfcitico de la madre de un joven sancionado recientemente.

Cuando el cartero llegó a su domicilio, según relata, le dijo: “Esta es la carta 45 que entrego. Era la última de las sanciones”.

El grupo de jóvenes se habían ido al parque de Mungia durante la celebración de las no fiestas coincidiendo con San Pedro. Según Miren, nombre ficticio de otra madre, “el pueblo estaba a tope, los bares y la calle pero siempre van a por los adolescentes que están criminalizados en esta pandemia”.

La propuesta de sanción eran 1.200 euros que finalmente se concretaron en 600 y por pronto pago se reduce un 40%, es decir, deberán pagar 360 euros. La carta llegó el jueves de la semana pasada y lo primero que hizo Ane fue llamar al Ayuntamiento de Mungia para solicitar que su hijo, estudiante también de 19 años, pudiera pagar la sanción realizando trabajos sociales. “Pero me dijeron que en este pueblo no es posible”. Esta fue la segunda indignación. “No es justo que dependiendo en qué municipio vivas tengas esa posibilidad y si no el castigo sea para los padres”.

En esto coinciden estas madres y el resto de las familias, que han preferido hacer esta denuncia sin desvelar sus nombres “porque al final Mungia es un pueblo muy pequeño y no queremos que se criminalice a los chavales”.

Según informan desde Eudel, las ordenanzas del botellón son municipales, de ahí que no existe un criterio común en todas las localidades. Sí está contemplado en municipios como Bilbao, Getxo, Gernika, Portugalete... incluso Balmaseda después de la pelea de una madre.

Las multas por beber en la calle las acaban pagando los padres, como Carmen, a quien le llegó una de 200 euros porque su hijo participó en un botellón en Balmaseda. Así que tras aceptar la multa del Ayuntamiento, pidió un escarmiento para su hijo. “Yo le eché la bronca por haberme mentido y dije: Pues, bueno, yo voy a a intentar que en vez de pagar la multa, que al final no vas a aprender nada, os pongan trabajos comunitarios para que aprendáis cuáles son las consecuencias”, señaló en el mes de febrero.

El Ayuntamiento tomó nota de su idea y aceptó conmutar la multa por trabajos comunitarios. A partir de entonces, los menores multados por participar en botellones están obligados para resarcir su sanción a participar en las labores junto a los servicios de limpieza. El alcalde de Balmaseda, Aitor Larrinaga, explicó que “pensamos en ir a las zonas en las que habitualmente los jóvenes hacen botellón y que limpien, que adecenten la zona y que así vean las consecuencias, el resultado de sus acciones”. La iniciativa fue aplaudida por los vecinos, dispuestos a que sus hijos asuman todas las consecuencias de sus actos con castigos ejemplares.

Las familias de Mungia quieren que su Ayuntamiento tome ejemplo. “No es justo que los padres seamos los paganos”, señala Ane. Miren presentará una alegación a través de un abogado, “porque primero quiero ver los términos en los que se ha sancionado si no hay ordenanza de botellón en el municipio”.

“Si son estudiantes e insolventes, la multa al final se la están poniendo a los padres”

Madre de un joven sancionado

“Los jóvenes están criminalizados porque los bares estaban llenos de adultos ”

Madre de un joven sancionado