Aunque las actuaciones en marcha tienen como origen el convenio firmado en 2011, el intercambiador de Urbinaga es una infraestructura que estaba planteada para cuando entrara en servicio la línea 2 del metro de Bilbao, en abril de 2002. No fue posible entonces y luego el proyecto pasó a formar parte, durante años, de esas iniciativas comodín que desde Madrid siempre utilizaban como incentivo en épocas preelectorales. Todo ello con la insistencia perenne de los diferentes directores del Consorcio de Transportes de Bizkaia (CTB), solicitando al Gobierno español iniciar el proyecto.

Finalmente, el CTB y Adif firmaron el mencionado convenio en abril de 2011 aunque eso no supuso que se fuera a construir de forma inmediata. Y eso que las autoridades locales, la Diputación Foral de Bizkaia y el Gobierno vasco, como entes financiadores del CTB, decidieron rascarse más el bolsillo. Asumieron la mitad de la financiación de las obras, en lugar de una parte menor, ya que antes era Adif quien iba a asumir la mayoría del presupuesto, ya que Renfe era la compañía más beneficiada en la operación. Una solución adoptada por que se pensó en dejar todo preparado para la llegada del futuro tranvía desde Leioa hasta Urbinaga, una conexión que también ha quedado en el cajón del olvido, al no concretarse el trayecto entre la localidad de Eskuinaldea y el campus universitario. Desde entonces todo ha ido al trantrán. Madrid ha acometido toda la tramitación administrativa con una lentitud no bien vista desde Gasteiz.