EA-ARTIBAI es una comarca con una orografía complicada, por un lado sus pequeñas montañas al cobijo del monte Oiz, con sus 1.026 m. de altitud, se funden en sus largos arenales como el de la playa de Lekeitio. Los acantilados que alberga esta parte de la costa vizcaina en las que se abren bancos de arena que forman playas esconden otra de las joyas del lugar, el flysch del cretácico .

Nuestra visita por Lea-Artibai parte de Ondarroa, con el puente de Santiago de Calatrava como puerta de llegada. Este precioso pueblo está lleno de contrastes, en donde el monte y la playa de Arrigorri se hacen uno, y tiene un gran interés turístico e histórico. Recorriendo las calles de su casco histórico se puede ver la torre medieval de Likona o la iglesia de Andra Mari, ambas del siglo XV. Otra de las huellas del mar la encontramos en las rocas de Saturraran, que según cuenta la leyenda identifica a dos amantes del pueblo, Satur y Aran.

El puerto pesquero de Lekeitio es, sin duda, una de las postales que mejor identifican a esta comarca vizcaina. El encanto de las pequeñas calles de su parte vieja, con cantidad de bares y restaurantes invitan a disfrutar del ambiente marinero, con la playa de Isuntza ubicada en el mismo casco urbano, desde donde se divisa la isla Garraitz o San Nicolás.

Las otras dos playas de Lea-Artibai son las de Karraspio, que da la posibilidad de realizar numerosas actividades deportivas como surf, voleibol y vela, y la playa de Ogella, que cambia de aspecto cada año, variando la cantidad de arena que presenta su superficie, en función de las corrientes, mareas o climatología.

Dejando a un lado los arenales, Markina-Xemein se sitúa en el centro de la comarca. Muy cerquita de allí, en Bolibar, se encuentra uno de los tesoros del territorio, el Monasterio de Zenarruza, antigua colegiata, declarado Monumento Nacional de Euskadi, Bolibar, así como un importante enclave del Camino de Santiago por la Costa durante la Edad Media y, sobre todo, del Renacimiento.

El conjunto de instalaciones monásticas comprende una iglesia del siglo XV de estilo gótico renacentista, un precioso claustro de mediados del siglo XVI y distintas dependencias propias de la clausura y la vida comunitaria como las casas del abad, la de los colonos y el refectorio. Antiguamente contaba con un hospital para peregrinos que sirve ahora como hospedería. Es precisamente la versatilidad del espacio lo que convierte a Zenarruza en un lugar digno de visitar.

Pero hay muchos más, ya que la comarca ha sabido conservar un legado cultural milenario que descubriremos recorriendo los cauces de sus ríos, repletos de presas y puentes nostálgicos.

Las cuevas de Berriatua; el hórreo de Ibarguen en Etxebarria, de mediados de siglo y actualmente el mejor conservado de manera natural de los que se conservan en el País Vasco; o el municipio de Gizaburuaga, símbolo de entornos prehistóricos de Bizkaia y donde se encuentra las ferrerías y molinos de Bengolea, son algunos de los recursos turísticos que se pueden encontrar en los municipios de Lea-Artibai.

Por su parte, Amoroto, pequeño pueblo que acoge la comarca, se hizo popular por el programa de televisión Vaya semanita.

Junto a estas propuestas, el patrimonio histórico de la comarca es otra de sus riquezas.

En el apartado deportivo, no podemos pasar por alto el peso de la cesta punta, una modalidad deportiva que ha llevado a muchos jóvenes pelotaris de la zona hasta las canchas de los frontones más importantes del mundo. El protagonismo es tal que el frontón de Markina-Xemein es conocido entre los aficionados de todo el mundo como la Universidad de la pelota. Pero Lea-Artibai es también reconocida por su gastronomía, basada en los productos más frescos de cada temporada, tanto de tierra como de mar, propiciando la producción de productos agroalimentarios artesanos de gran calidad.

Lekeitio y Ondarroa comparten protagonismo con Markina-Xemein y con pequeñas localidades del interior