Alrededor de 150 de empleados, tanto del aeropuerto como de las empresas que sirven el tráfico aéreo, abandonarán sus actuales dependencias laborales en la planta baja de La Paloma para pasar en el plazo de dos meses a ocupar varios módulos provisionales que se ubicarán en la zona de jardines de la parte trasera derecha de la terminal aérea.El traslado de esta parte de la plantilla -cincuenta personas por turno, aproximadamente- es obligado, ya que las máquinas entrarán a trabajar después en sus actuales puntos de actividad para acometer la ampliación de las salas de embarque en remoto que se encuentran a ras de pistas. Su estancia en los módulos prefabricados se prolongará casi dos años, el tiempo que resta para culminar la construcción y el acondicionamiento del bloque técnico que se levanta junto a la terminal de Loiu, precisamente para acoger a los trabajadores aéreos e incrementar los espacios que hay que generar para atender la futura demanda de viajeros.

Fuentes de la dirección de Aena en Bilbao confirmaron que el traslado está ya en fase de preparación, en un todo incluido dentro del paquete de obras de ampliación de las mencionadas salas de embarque.

El contrato fue adjudicado a la empresa Elecnor por un montante de 2,93 millones de euros y un tiempo de trabajo que empieza a correr este mes y finaliza en agosto. La empresa es la que tiene que preparar los espacios de trabajo provisionales con todos los dispositivos tecnológicos requeridos para llevar a cabo las diferentes labores que ahora se realizan en la planta 00 de la terminal. Aparte de los despachos donde se encuentran empleados y responsables de Aena, el próximo director del Aeropuerto de Bilbao, Iván Grande, se estrenará en el cargo en el espacio provisional. También serán trasladadas la plantilla de Iberia Handling y la de la empresa Groundforce, que realizan el mantenimiento de aviones y movimiento de maletas, varios trabajadores de aerolíneas que tienen oficinas en esta planta, así como empleados de limpieza y agentes de la Guardia Civil.

Esta interinidad de casi dos años era necesaria para liberar esos espacios laborales y ampliar las actuales salas de embarque, las que sirven a los pasajeros que se trasladan en autobús hasta los aviones estacionados en la plataforma. A pesar de que la disminución de pasajeros que se registrará este año y los próximos con motivo de la pandemia no haría necesaria en estos momentos la ampliación, desde la dirección de Aena en Bilbao especificaron que “se sigue adelante con los planes iniciales”.

La ampliación se acometerá en espacios situados en los extremos de la terminal y permitirá ganar más de 1.400 metros cuadrados. La obra también implicará reformas en la zona central, donde irán ubicadas algunas oficinas y los núcleos de aseos para trabajadores.

Con la obra concluida, la espera de los pasajeros que no embarcarán por las pasarelas telescópicas será mucho más cómoda y racional, evitándose las aglomeraciones que se registraban sobre todo en los días punta de la temporada de verano. También se diferenciarán las mencionadas puertas de embarque, quedando dos para vuelos del Espacio Schengen y otras dos en el ala este de La Paloma para conexiones con zonas europeas más alejadas. Los cuatro espacios diferenciados albergarán dos centenares de asientos para esperar al embarque con los correspondientes aseos y mostradores donde cotejar los billetes y documentos de identificación.

Las otras cuatro salas de embarque, en la zona oeste del edificio, quedarán reservadas para los vuelos europeos y contará con los mismos servicios que el ala este, al que se suman más butacas para sentarse, casi 220, y espacio para una cafetería.

La ampliación del número de salas de embarque en remoto beneficiará a los viajeros que no acceden directamente al avión a través de la pasarela telescópica.

La ampliación de estos espacios estaba prevista antes de la pandemia y aunque los efectos de esta implicará menos pasajeros durante los próximos años, Aena ha decidido continuar con el proyecto a pesar de que no sea necesario ahora.

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El traslado de los empleados afectados y la ejecución de las obras de ampliación supondrá un desembolso para Aena de 2,93 millones de euros para unas obras que está previsto se prolonguen seis meses en total.