Desde que el coronavirus llegó a Euskadi, la pandemia no ha dejado de fagocitar eventos señalados en rojo en el calendario de mucha gente. Esta vez, la tercera ola se ha llevado por delante las romerías de Santa Águeda en Barakaldo y San Blas en Abadiño, dos citas que gozan de un gran arraigo popular, tanto entre creyentes, como entre quienes no lo son.

La Diócesis de Bilbao ha informado de que este año no se bendecirán los cordones de San Blas en la parroquia de San Nicolás de Bilbao. También se ha cancelado la tradicional romería al monte Arroletza y no se celebrarán las misas de la ermita en los principales días de celebración de la fiesta de Santa Águeda para "evitar las aglomeraciones" que suelen generarse en la zona tanto el domingo previo como el propio día de Santa Águeda, y el domingo siguiente.

Por tanto, mañana y los días 5 y 7 de febrero no habrá subida al Arroletza en el barrio baracaldés de Cruces para visitar la ermita de la santa de los pechos mutilados y comer un talo con chorizo acompañado del típico txakolí de la zona. De hecho, este año la ermita permanecerá cerrada y no se oficiarán misas. Tampoco se instarán los tradicionales puestos de ventas de productos artesanos.

Por su parte, los abadiñarras tendrán un San Blas festivo, ya que el patrón oficial, San Trokaz, 15 de mayo, cae en sábado. Pero aunque el 3 de febrero, miércoles, sea festivo en la localidad, la pandemia impedirá que se celebre el tradicional día porque se han suprimido todos los actos y la feria y no se celebrarán eucaristías cada hora, como se acostumbraba. Habrá una única eucaristía.