Estuvieron y resistieron en el ojo del huracán durante las semanas más duras de la pandemia. Uno de cada tres fallecidos por covid-19 en Bizkaia era usuario de alguna de las 155 residencias existentes en el Territorio. Desde entonces los profesionales de estos centros no han bajado la guardia para seguir prestando un servicio de calidad en unas condiciones extraordinarias, fuera de lo habitual, sin visitas de familiares, con salidas restringidas...

Este tiempo ha constituido todo un aprendizaje para el conjunto de profesionales que trabajan en los centros de mayores, para sus familias y también para el Departamento de Acción Social de la Diputación de Bizkaia. En un mes, la institución foral tendrá que presentar un informe exhaustivo que recoja todas las acciones llevadas a cabo -o inacciones, en su defecto- durante los meses en los que el coronavirus se cebó con las residencias.

El documento en cuestión fue solicitado, con espíritu constructivo, por la totalidad los grupos junteros vizcainos. Todos los partidos -salvo Podemos Bizkaia, ausente ayer de la Comisión de Acción Social por prescripción sanitaria- votaron con esa voluntad de avanzar y blindar el modelo asistencial y de cuidados de las residencias. Equipos técnicos y profesionales pertenecientes al Departamento foral de Acción Social serán los encargados de elaborar esa hoja de ruta (ninguna investigación de la Fiscalía y dos expedientes por carencias para contener los contagios) e incluya los "déficits y fortalezas" del sistema de cara a responder "a futuras situaciones similares".

Para ello, el acuerdo alcanzado en Juntas Generales de Bizkaia aboga por incorporar al contenido del citado informe cualquier aspecto que pueda contribuir a la reflexión y, de paso, reforzar las enseñanzas que deja la crisis sociosanitaria a todos los niveles. Se habla, por ejemplo, de reflejar las "incidencias sobre atención sanitaria, equipos de protección individual, personal asistencial y comunicación entre residentes, familiares y centro". Y cuando sea posible, hacer una estimación del coste de las medidas de mejora que sean propuestas.

Los grupos proponentes de la iniciativa -jeltzales, socialistas y populares- aceptaron tres enmiendas de EH Bildu que "enriquecían", según estas formaciones, la propuesta original. A través de ellas, el informe deberá de incluir otros puntos como "las características de la residencia (tamaño, ubicación€), el tipo de gestor de la residencia, los ratios de personal y su formación, los servicios sanitarios y el personal de las residencias" para "detectar posibles efectos de estos factores en la pandemia". Asimismo, el informe deberá ser remitido al grupo de expertos surgido tras el convenio suscrito con Age Platform Europe.

Atención. El diputado de Acción Social, Sergio Murillo, manifestó ayer que los 33 usuarios de la Unidad de Discapacitados Adultos Dependientes de Birjinetxe trasladados a Biotz Sakratu, de Mundaka, reciben una "buena" atención, ya que se mantiene el "mismo" equipo. Eso sí, han tenido un par de contratiempos con el ascensor que ya han sido solventados. Y en relación a las 53 personas sin plaza de Centro de Día durante la pandemia por no haber entrado en el límite del 75% fijado, dijo que 32 se quedaron en casa con ayuda económica, un par en otro centro, "otra persona" se dio de baja, y los demás decidieron esperar hasta que hubiera plaza en su centro habitual.