Bilbao - El Aeropuerto de Bilbao puede crecer hasta los trece millones de pasajeros y las 90.000 operaciones de aviones al año sin ampliar el terreno que actualmente ocupa, según la propuesta de revisión de su Plan Director (PDAB) que la Dirección General de Aviación Civil sacó a información pública para la presentación de alegaciones. Cifras que prevén el máximo desarrollo del aeropuerto y que implicaría una serie de actuaciones que pasarían, no solo por la ampliación de la actual terminal con tres nuevos anexos, sino la creación de un segundo edificio terminal más pequeño, habilitar una nueva plataforma de estacionamiento para aeronaves en la zona derecha de La Paloma según se mira a las pistas y la creación de más plazas de aparcamiento para automóviles.

Sin embargo y de momento, no es la foto final que maneja Aena, el ente que gestiona el aeropuerto. Su directora, Cristina Echeverría, indicó ayer que "ese es el máximo desarrollo al que se podría ir, pero también manejamos tres escenarios más previsibles, siempre en función del crecimiento de las operaciones aeronáuticas". Echeverría especificó que de llevarse a cabo esta macroampliación inicial "se efectuaría en los límites de la actual parcela del aeropuerto, que apenas varía, porque el PDAB no prevé una prolongación de la pista central que nos obligue a expropiar o un cambio de procedimientos que ponga restricciones mayores en cuanto al ruido". El hecho de que el aeropuerto no vaya a expandirse geográficamente "es importante para el entorno, porque no ofrece novedades y todo va a quedar como está", asegura su directora.

De los tres escenarios previsibles, el tercero, el más optimista en crecimiento, es el más plausible si tenemos en cuenta que el pasado año el Aeropuerto de Bilbao rozó los seis millones de pasajeros y esa previsión calcula 8,14 millones de usuarios y 66.940 aterrizajes y despegues cada año; o lo que es lo mismo, 2.130 pasajeros en 24 aeronaves por hora.

Cálculos muy ajustados A primera vista son unos cálculos más bien ajustados, ya que el documento toma como base de su elaboración los datos de 2017, cuando La Paloma movió 4,97 millones de personas. Desde entonces el aeródromo bilbaino ha crecido en un millón más.

A este ritmo de crecimiento de usuarios, en poco más de cuatro años el Aeropuerto de Bilbao llegará a esos 8,14 millones estimados, un periodo muy escaso de tiempo para acometer todas las obras previstas en el PDAB para "poder absorber este crecimiento de tráfico", especifica el documento.

Y es que las actuaciones previstas son numerosas y costosas. La principal, la ampliación de la actual terminal con dos diques o anexos a cada lado del edificio, que sumarían 25.000 metros cuadrados nuevos, con más zonas de espera y puertas de embarque. Incorporaría un nuevo control de seguridad doble, adicional a los ya existentes, y una línea fast track, un zona de paso rápido para los clientes de clase Business. En la zona de Llegadas será necesario ampliar la zona de control de pasaportes y dotar al aeropuerto de una nueva cinta de recogida para equipajes especiales.

Pero el aeropuerto no es solo la terminal. También está previsto intervenir en la zona de carga. Aprovechando que las actuales infraestructuras ubicadas al lado de la vieja sede de Sondika son antiguas, el estudio propone su traslado a la zona norte, lo que las acercaría a la zona industrial. Este traslado implicará la reorganizar de los espacios, por lo que se crearán zonas de apoyo para los aviones que se trasladen a esta área. La plataforma de carga será utilizada por aviación general y su edificio para pasajeros será construido también en el sur. La directora explicó que "nosotros no tenemos aviones cargueros que aterrizan en Bilbao. La carga viene en las bodegas de los aviones con pasajeros, por eso lo más lógico es pasar esta actividad al lado de la zona industrial".

Un área ubicada al lado izquierdo de La Paloma, según se mira a las pistas, que también sufrirá una ampliación de las parcelas donde puedan dormir los aviones que despegan a primera hora y se añadirá una plaza más a la actual existente para el deshielo de las aeronaves en días de invierno.

Acciones en marcha El tercer escenario del PDAB revisado prevé acciones que ya están en ejecución. Una es la construcción de un nuevo edificio técnico al que será trasladado todo el personal del aeropuerto y cuyo inicio de construcción es inminente. La otra es el plan para habilitar más parcelas de estacionamiento para coches. La tercera ya está en servicio, tras inaugurar la rotonda viaria que ofrece un acceso directo a la zona industrial a todos los camiones.

Y ¿en cuánto tiempo se llevarán a cabo las ampliaciones? El PDAB no aporta fecha alguna. Cristina Echeverría tampoco se moja, explicando que "el documento habla de horizontes de tráfico, pero no los asocia a periodos de años, lo evita a propósito". La razón, especifica, es que "nos tenemos que ajustar al Documento de Regulación Aeroportuaria que marca que no se pueden hacer inversiones gratuitamente, porque las tenemos que efectuar con las tasas que se cobran a las aerolíneas por operar en el aeropuerto". Echevarría aclaró por ello que el PDAB hay que "entenderlo como una herramienta de planificación, no es un texto cerrado, ni en plazos ni en importes. Los proyectos van a tener su propia vida, dentro de este marco general que supone el plan, y en función de lo que nos demande el tráfico".

Los interesados en analizar el plan tienen hasta finales de marzo para presentar alegaciones.