Bilbao - El diputado general, Unai Rementeria, cifró ayer en unos 60 millones de euros el dinero que la Diputación no podrá invertir entre este año y el próximo como consecuencia de la regla de gasto, que limita el incremento del presupuesto de gestión propia de la institución a un 2,8%, independientemente de que la subida en la recaudación haya sido mayor. Es el equivalente, por ejemplo, al presupuesto del que dispondrá el próximo año el departamento de Empleo, Inclusión Social e Igualdad. Por ello, reclamó al Gobierno español “una reflexión” sobre este ámbito, ya que en la situación actual “pagamos los platos que otros han roto. No pedimos gastar más allá de nuestras posibilidades o de lo que recaudamos sino que, si recaudamos más, poder emplearlo en una situación de incertidumbre económica para impulsar nuestra inversión productiva”, reclamó.

Como ya hiciera durante la última reunión del Consejo Vasco de Finanzas, el responsable foral lamentó que la regla de gasto y la ley de estabilidad presupuestaria supongan “un freno para Bizkaia”, ya que limitan su capacidad de inversión y de mejora. Y es que los 60 millones de euros que la institución foral calcula que no ha podido invertir por ese límite en el gasto “darían muchísimo juego en un momento como este”.

La regla de gasto para el año 2020 establece que el presupuesto de gestión propia de la Diputación -que incluye el disponible departamental, los gastos de personal y el crédito de pago global- no pueden crecer más de un 2,8%, lo que supone que, aunque la institución recaude por encima de ese porcentaje, no puede destinar ese dinero a inversión productiva sino que, “obligatoriamente”, debe ir a amortizar deuda.

Rementeria también hizo alusión a la situación de “solvencia financiera” de la Diputación ya que, mientras la deuda en el Estado español ronda el 100% de su PIB y en Alemania se sitúa en torno al 60%, aquí es de 2.025,7 millones de euros frente a los 39.000 millones del PIB, lo que representa un 5,2%. “Estamos en una situación más que saneada”, insistió.

“Somos una Diputación responsable, tenemos una deuda más que razonable y nuestras valoraciones de las agencias de rating están dos niveles por encima de las del Estado pero pagamos los platos que otros han roto. Y esto merece una reflexión a todos los niveles y merece tomar decisiones”, emplazó al Gobierno español. - A. Atxutegi