Bilbao - Bizkaia renovará en cinco años la práctica totalidad de los contenedores amarillos del territorio, sustituyendo los 4.290 depositarios actuales para envases ligeros domésticos por otros nuevos. Esta renovación supondrá una inversión de 5,7 millones de euros. La sociedad pública Garbiker, dependiente del departamento de Sostenibilidad y Medio Natural de la Diputación, acaba de cerrar la licitación para el suministro de estos contenedores.

La institución foral abordará en los próximos meses la sustitución de prácticamente todos los contenedores amarillos que existen en el territorio, un total de 4.290, a excepción de los que existen por ejemplo en Bilbao, que cuenta con un servicio de recogida de basura propio. Serán sustituidos en cinco años por tres modelos diferentes: uno de cuatro bocas (tres mil unidades), un segundo de dos bocas y una tapa (860), y el tercero de dos tapas (430). Estos últimos, además incorporarán la posibilidad de instalar un sistema de apertura mediante tarjeta, llave o cerraduras electrónicas en la tapa, similar al que existe actualmente en los contenedores marrones donde se depositan los residuos orgánicos.

Todos ellos tendrán una capacidad máxima de entre 3.000 y 4.000 litros, contarán con un aseguramiento al suelo frente a vientos fuertes y serán de acero galvanizado. Garbiker va a pedir, además, que al menos el 20% del material con el que estén construidos sea reciclado.

La retirada de los contenedores actuales y su sustitución se hará de forma simultánea, de forma que interfiera lo mínimo posible en su uso por parte de los ciudadanos.

18.100 toneladas al año Los vizcainos depositaron el año pasado en los contenedores amarillos 18.100 toneladas de envases ligeros, como botellas, bolsas o envases de plástico (de yogur, de mantequilla, de productos de limpieza...); latas de bebidas y latas de conservas, tetrabricks, bandejas de porexpan, papel de aluminio o film transparente.

Esa cifra se sitúa todavía muy por debajo de los residuos de papel y cartón que se generan en Bizkaia (se recogieron 90.238 toneladas en 2018) y el vidrio (26.484), aunque todavía está por delante de la recogida de residuo orgánico, que suma actualmente 10.729 toneladas al año.

Después de que los ciudadanos depositan los envases ligeros en estos contenedores, son trasladados a la planta de clasificación Bizkaiko Zabor Berziklategia (BZB), ubicada en Amorebieta. Aquí se separan hasta siete tipos diferentes de productos -PET, PEAD, PEBD, tetrabricks, metales férricos, aluminio y mix de plásticos-, utilizando para ello lectores ópticos capaces de identificar los materiales que les llegan a través de las cintas transportadoras y de separarlos utilizando para ello corrientes de aire, junto a separadores balísticos y magnéticos. Una vez correctamente separados, cada uno de los materiales se trasladan a las empresas recicladoras correspondientes. En estas últimas, el material que llegó al contenedor amarillo se prepara para volver a utilizarlos en la cadena productiva, generando nuevos productos y evitando así el consumo de nuevos plásticos y metales para fabricar envases.

El plástico tarda alrededor de 700 años en degradarse, por lo que resulta fundamental depositar los envases ligeros en su contenedor correspondiente, para poder de esta forma reintroducir el material en la cadena productiva sin hacer uso de nuevos recursos.