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Luis Ibáñez, de belén en belén

HA COLOCADO NUEVE NACIMIENTOS EN | Durango, una gesta que se ha convertido en tradición

Luis Ibáñez, de belén en belénFotos: K. Doyle

La Navidad en Durango no sería lo mismo sin sus belenes. Luis Ibáñez lleva más de dos décadas exponiendo sus creaciones en diferentes escaparates y espacios de la villa. De las nuevas obras que pueden verse este año en la localidad, la más novedosa se encuentra en una panadería del casco viejo donde el edificio del ayuntamiento de Durango se convierte en el gran protagonista del belén. “Le dediqué 750 horas y el resultado está gustando mucho a la gente”, aseguró el artista.

Pintor jubilado y riojano de nacimiento, Ibáñez reconoció que “lo más complicado esta vez ha sido los detalles de la fachada del ayuntamiento”. Con el propósito de que pareciera lo más real posible, contó con la ayuda de un amigo arquitecto para poder imprimir en grandes dimensiones algunas fotos que hizo previamente. “No ha habido ninguno que me haya sacado algún defecto, que los habrá”, reconoció con humildad.

Además de su novedoso trabajo, este año Luis Ibáñez también ha presentado otros ocho belenes y dioramas. Están ubicados en una carnicería del municipio, dos más en la basílica de Santa María, dos en comercios de la calle Montevideo, otro más en el bar de los jubilados y dos más en su lonja de la calle San Francisco. Para poder disfrutar de todos ellos, el pasado jueves una veintena de asiduos al hogar del jubilado disfrutaron de una visita guiada en la que Ibáñez explicó el porqué y cómo de cada escena.

Desde hace un lustro, la muestra de su local en la calle San Francisco -que permanecerá expuesta los jueves, viernes, sábados y domingos hasta el próximo 6 de enero, de 18.00 a 20.00 horas-, ha adquirido un carácter solidario, ya que la entrada es gratuita pero el dinero recaudado de las aportaciones voluntarias de los visitantes se a la Asociación de Lucha Contra el Cáncer de Bizkaia, que el año pasado recibió 556 euros.

El denominado belén de movimiento, cuenta con más de un centenar de figuras -una treintena se mueven-. Además de hacerse de noche y de día, su autor ha conseguido que cuando haya tormenta y relámpagos el naranjo huela.

Curiosa es también su última ocurrencia. Y es que Ibáñez es capaz de portar en su bolsillo un belén. Lo hace gracias a una nuez que, si se abre por la mitad, pueden verse dentro de ella las diferentes figuras. “Lo vi, me pareció original y me animé a reproducirlo. Una vez terminado el molde, ahora en una hora puedo tenerlo terminado”, explicó mientras mostraba su original creación.

Reconociendo entre risas que “mi mujer me dice que no manche tanto”, Ibáñez cuenta con el respaldo de los suyos. Al margen de los premios (primero de Bizkaia en categoría general y el segundo puesto en la categoría especial con el arco de Santa Ana), “la gente reconoce mi trabajo, lo que me supone una satisfacción personal”, aseguró.