Octavo de EGB se junta 33 años después
Los alumnos de la promoción de 1985 del colegio cuetos número 1 de Santurtzi se vuelven a reunir en una cena
La vida y los años pasan a un ritmo endiablado. En esta rueda que nunca para de girar -y si para de hacerlo es una muy mala señal- hay muchas personas que van dejando huella en cada individuo y, sin duda, con muchas de ellas se encuentra uno en la etapa de estudiantes. El pasado sábado, los alumnos de octavo de EGB del colegio Cuetos número 1 volvieron a reunirse 33 años después de la última vez que compartieron clase.
Fue una jornada de reencuentros, de revivir anécdotas y de volver a estrechar lazos décadas después a la que acudieron 30 de los 50 alumnos que llenaban, por aquel entonces, las dos clases de octavo de ese colegio ya extinto. Por la mente de algunos de los asistentes a este multitudinario reencuentro ya había pasado la idea de hacer un evento de este tipo, pero no fue hasta el pasado mes de marzo cuando comenzó a cocinarse la idea. “Me metieron por error en un grupo de Whatsapp para hacer una cena de reencuentro de otro grupo de antiguos alumnos y, entonces, pensé que podríamos hacer una nosotros, los que estuvimos juntos en clase”, explica Rosa Morales. Ahí comenzó esta consultora de belleza el proceso de buscar el contacto de todos y cada uno de los integrantes de esas dos clases. Una de las vías usadas fue Facebook; la otra, Whatsapp. Paso a paso, fueron creando esa cadena para hallar los 50 contactos. El éxito de la convocatoria fue notable, ya que el pasado sábado se juntaron una treintena de antiguos alumnos. “La respuesta de la gente ha sido genial, muy buena. Ha habido alguno que tenía ya viajes cerrados y que los ha cancelado para poder estar aquí”, señaló Rosa, quien llegó a Santurtzi desde Santander, su lugar actual de residencia. Otros antiguos alumnos de este extinto centro llegaron desde otros puntos de fuera de Euskadi como, por ejemplo, Oviedo y Miranda de Ebro. De mucho más cerca, desde el mismo Santurtzi, acudieron dos de los asistentes a esta cena, Fernando Andrés Sierra y Aser Ruiz. “Está siendo muy bonito porque hay gente que no nos habíamos visto en 33 años. Ha sido emocionante reconocerse habiendo pasado tanto tiempo”, reconoció Fernando.
Saludos, besos, abrazos, rostros de sorpresa en muchos casos... Eran gestos muy similares a los que, cada mes de septiembre, suceden durante la vuelta al cole, pero en esta ocasión, habían pasado ni más ni menos que 33 otoños. Los organizadores también trataron de que asistieran algunos de sus antiguos profesores pero, finalmente, no pudo ser. El plan para el reencuentro fue tomar algo, cenar en un restaurante de la localidad marinera y regar todo con risas y antiguos recuerdos. “Este reencuentro también nos sirve para conocernos todos mejor porque, evidentemente, no somos igual ahora que cuando teníamos 14 años, hace 33 años”, señaló Aser.
Sin duda, todo el mundo en tres décadas cambia no solo físicamente, sino que también lo hace en algunos aspectos de su personalidad. Todo ello y mucho más pudieron comprobar y disfrutar el pasado sábado los alumnos de octavo de EGB que hace 33 años llenaban las aulas del colegio Cuetos, número 1. “Esperamos que a raíz de este reencuentro lleguen otros más. Estamos seguros de que algo quedará de todo esto que hemos hecho”, reflexionó Aser Ruiz. Él fue uno de los 30 alumnos que el pasado sábado se reencontró con sus excompañeros esperando que no pasen otros 33 años hasta volver a verse.