Fundación Gizakia, una mano tendida a los adictos
La Fundación Gizakia apoya a las personas con adicciones y les acompaña en su proceso para dejarlas
Y quién no ha probado?? Esta frase se oye más de una vez en conversaciones entre amigos o entre familiares. Pero ese primer paso en el consumo de sustancias puede dar pie a una adicción, ya que la línea “entre consumo abusivo y adicción es muy fina”. “Con esa pregunta se está banalizando una situación que a muchas personas les ha llevado a problemas serios”, afirma Ignacio Palacio, responsable de Servicios Generales de la Fundación Gizakia.
Esta entidad ha cumplido más de tres décadas tratando de dar una respuesta a las adicciones, porque tal y como insiste Palacio, “de la adicción se sale pero no de lo que ha podido generar. Tienes que vivir con ello”. El “boom de la heroína” marcó los inicios de esta entidad. “En el año 85 no había ningún recurso y se buscó en otros países”, admite Rafael Cortés, responsables del Área de Asistencia de esta entidad.
Con el paso del tiempo, se adaptaron a las nuevas necesidades y uno de los hitos fue que “Euskadi fue la primera comunidad en la que se puso en marcha el programa de intercambio de jeringuillas en las cárceles”. La evolución se ha notado en que al principio “el único itinerario era Proyecto Hombre y ahora tenemos itinerarios personalizados”, apoyando a la persona de una manera integral.
El perfil de las personas que acuden a la Fundación Gizakia, que rondan el millar en el área de Adicciones, también ha ido cambiando. “Hemos pasado de tener personas con un deterioro físico importante a personas con un deterioro mental severo”, subraya Palacio, aunque la “brecha de género” sigue siendo muy destacada. “En Adicciones ronda un 80% hombres, un 20% mujeres”, explica Cortés quien añade que “según algunos estudios hay más mujeres consumidoras que las que están en tratamiento”.
Esa barrera provoca que “lleguen muy tarde y mucho más deterioradas” por la carga familiar que suelen sostener. Además, se suma la violencia de género. “Si soy una borracha y me pegan será que me lo merezco”, dice Rafael Cortés en referencia al pensamiento de muchas mujeres adictas, quien reconoce que desde la entidad se lanzó un proyecto destinado a este colectivo pero que se quedó parado. “Si acuden a un recurso asistencial de vivienda, en cuanto ven que son adictas, no saben qué hacer con ellas y las echan”, lamenta.
Este es uno de los retos que le quedan a la Fundación Gizakia. El otro mira hacia Internet y hacia el juego on line. “La única adicción reconocida a nivel técnico, además de a las sustancias, es la ludopatía”, reseña Cortés. “Las apuestas en páginas web son de fácil acceso y van a ir creciendo porque la respuesta es inmediata”, incide Ignacio Palacio quien apunta que “cuando emerge es cuando ha generado un problemón”, cuando la tarjeta de crédito está en números rojos. Además de la publicidad en los medios de comunicación, que tienen el respaldo de grandes estrellas del deporte, la adicción al juego on line se topa con otro elemento: la falta de regulación. “Dicen que lo van a regular pero la mayoría de páginas web están fuera de España. Muchas están en Hong Kong y ahí no hay regulación posible”, concluye Cortés.
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