Barakaldo - La presencia de mascotas está cada vez más generalizada en la sociedad. Por ello, hay que crear herramientas para lograr que en la sociedad convivan en armonía las personas que no tienen mascota, quienes la tienen y los propios animales de compañía. En este aspecto, hace medio año el Ayuntamiento de Barakaldo, de la mano de la empresa Ethlogical Solutions, apostó por poner en marcha City Dog, un programa pionero a nivel internacional que busca con sencillos gestos y hábitos lograr una mejor convivencia entre las mascotas y el resto de la sociedad.
Un semestre después de la puesta en marcha de esta iniciativa que abarca de forma global la presencia de mascotas en una ciudad como Barakaldo, los resultados son positivos. Así, se demuestra en los primeros estudios realizados acerca de la presencia de heces caninas en algunas zonas de la localidad fabril, que hay un descenso más que significativo respecto a las que había hace seis meses. “Los primeros datos del estudio han reflejado que se ha reducido de forma considerable la presencia de heces en los lugares en los que se está haciendo el estudio. Éste aún está en pleno desarrollo y el resultado, por este motivo, aún no es definitivo, pero las primeras referencias con las que contamos son francamente buenas”, explica Ane Rodríguez, directora de este proyecto que poco a poco va haciéndose hueco en la localidad fabril.
Actualmente, a las charlas que se imparten en este programa y a las cuales es obligatorio asistir para poder formar parte de la familia City Dog, acuden 250 particulares, además de diversas asociaciones y personal especializado en la atención de perros como, veterinarios.
“Cada vez acude más gente a las charlas que impartimos y, curiosamente, viene gente que no tiene perro y quiere formarse antes de tenerlo, y también hay quien asiste sin tener mascota ni intención de tenerla. Vienen simplemente para formarse”, explica Rodríguez. Las próximas charlas de City Dog tendrán lugar los días 20 y 28 de noviembre en el centro cultural Clara Campoamor.
La presencia de heces caninas en las calles es un problema que, City Dog, está tratando de erradicar a través de la formación y concienciación de la ciudadanía, pero no es la única cuestión en la que, a lo largo de estos seis meses, ha hecho hincapié. Así las cosas, otra de las iniciativas que ha puesto en marcha es el conocido como semáforo canino, un proyecto mediante el que, según la sociabilidad de cada perro se le pone un lazo. De esta manera, los canes más sociables y proclives a ser acariciados llevan un lazo verde, en los que varía su sociabilidad en función de diversos factores llevarían un lazo amarillo, mientras que los perros menos sociables llevarían un lazo rojo. “Normalmente, cuando en las sesiones preguntamos a los dueños de los perros qué lazo le pondrían a sus mascotas, estos suelen pecar de demasiado prudentes”, indica la directora de City Dog.
La iniciativa del semáforo canino es una manera más de mejorar la presencia en la sociedad de las mascotas y, en este camino, este proyecto -que se prevé que tenga una duración de un año- tiene previsto hacer otras acciones. “Cuando iniciamos el proyecto teníamos muy centrados los aspectos en los que actuar. Pero en el caso de Barakaldo nos han sorprendido algunas peticiones como, por ejemplo, que eduquemos a los niños en su trato con los perros”, indica Rodríguez.
Esa impartición de charlas a niños en las que se les den las claves de cómo tratar a un perro es una de las acciones futuras que podría poner en marcha City Dog, una iniciativa que trata de llegar a todos los colectivos de la localidad fabril. Lo que sí será uno de los objetivos a cumplir por esta iniciativa será el tratar de reducir la presencia de pis de perros en lugares tan sensibles como escaparates y entradas de comercios. “Esta problemática, quizás, haya sido la que más nos ha sorprendido por el nivel de implicación que está mostrando el colectivo comercial. Sabíamos que el comercio tenía que tener un papel importante en City Dog, pero nos está sorprendiendo para bien su implicación. La reducción de pises de perro es una tarea en la que vamos a trabajar, pero sabemos que es más complicada que la de la reducción de heces”, desarrolla Rodríguez.
Reconocimiento internacional Una de las integrantes de la familia City Dog es Ana Santaella, dueña de Gari, un simpático setter que luce el lazo verde en su collar. “Me parece una iniciativa magnífica. Me enteré de este proyecto por Facebook y hace cuestión de un mes fui a la charla inicial”, señala. Así, en las citas con los especialistas de City Dog trabaja diversos aspectos para que Gari supere ese miedo que padece en algunas zonas urbanas, una muestra más de la actuación integral que pretende realizar la iniciativa. Toda esta forma de trabajar no ha pasado desapercibida para otros municipios e instituciones que ya se han interesado por este proyecto. “Sí ha habido municipios de Euskadi que se han interesado y, recientemente, también nos ha llamado un Ayuntamiento de la provincia de Pontevedra”, indica la directora de City Dog.
Pero el impacto de esta iniciativa ha traspasado fronteras hasta el punto de que City Dog ha sido finalista de los premios Travel Guau, un galardón cuya importancia en este sector sería similar a la de los Grammy en la música. La iniciativa fue finalista en las categorías de Mejor Proyecto y Mejor Ayuntamiento, aunque finalmente no se llevó ninguno de los dos galardones a los que optaba.