Bilbao - La profesionalización del sector es un caballo de batalla para los responsables de la asociación de empresas artesanas de imagen personal de Bizkaia. El objetivo es evitar el intrusismo y lograr que los locales que ofrecen este servicio lo hagan con todas las garantías de calidad. El próximo 27 de febrero la Diputación concederá 15 nuevas Q de calidad que se sumarán a las cien existentes en el territorio vizcaino. La vicepresidenta de la asociación, la más antigua de las existentes en Bizkaia, ve el futuro con incertidumbre y espera que poco a poco los responsables de estética y peluquería tomen sus negocios como empresas.

¿Cómo van las cosas en el sector?

-Hemos tenido años muy malos, pero las cosas no van nada bien.

¿Hasta qué punto?

-Hay peluqueras a las que les sigue llegando justo para pagar a sus empleadas.

¿No obtienen beneficios?

-¿Beneficios? Eso es decir demasiado. Muchas no sacan para costear los gastos que tienen. Las cosas están mucho peor de lo que parecen.

¿Y cómo se puede mantener un negocio así?

-En la mayoría de los casos tienen a su favor la ventaja que el local es de su propiedad. Y eso quieras o no es muy importante para poder tirar.

Con el inicio de la crisis fueron muchos los negocios que se cerraron. ¿También ahora?

-Todos los días se abren y se cierran peluquerías.

Ese movimiento tampoco beneficia al sector, le resta prestigio, ¿no?

-No da buena imagen. En el sector tenemos de todo. Hay peluquerías de toda la vida, que han pasado sus negocios a sus hijas. Profesionales que se formaron en su día y que siguen, pese a las complicaciones del mercado, al pie del cañón abriendo la puerta de su negocio, pero perdiendo dinero.

¿Qué solución tiene?

-Es complicado pero intentamos controlar el intrusismos y dignificar la profesión. Es un sector en el que no se exige ninguna titulación y por lo tanto cualquiera, con un simple cursillo puede abrir una peluquería. Eso al final a la larga se nota.

¿El intrusismo es muy grande?

-Mucho, pero no sabemos las cifras, tener la capacidad de saber cuántas peluquerías o centros de estética han abierto en los últimos años sin titulación es difícil cuantificar. Nos encantaría contar con un censo para saber hasta qué punto es grande el problema.

Es una cuestión que les preocupa.

-Por supuesto. Nos preocupa y mucho. Además, tanto el que abre el negocio con titulación como el que no corre el riesgo de terminar cerrando la persiana.

¿Y qué hacen para evitarlo?

-Llevamos tiempo intentando que se conozca la realidad. Hablamos con nuestras asociadas para que no cometan los mismo fallos que hemos cometido el resto. También hemos mantenido reuniones con el Gobierno vasco y con la Diputación vizcaina.

¿Cuáles son los pasos que han dado para intentar evitar el intrusismo?

-Desde 2010 contamos con el apoyo de la Diputación Foral de Bizkaia. La institución, a petición del sector, implantó la Q de calidad.

¿Y qué supone?

-Es una manera de certificar la profesionalidad de quienes trabajan en los centros de esteticién o de peluquería. Se renueva cada tres años.

¿Es bueno este certificado para la profesión?

- Es muy bueno, solo que obtenerlo tiene un coste aunque también tiene una subvención. Y hay que sacar tiempo y las que trabajan en este sector no lo tienen. A falta de una regulación profesional, impulsamos la Norma de Calidad en colaboración con la Diputación y la Cámara de Comercio. Los poseedores de esta norma de calidad documentan su trayectoria profesional diferenciándose del resto de los centros.

La subida del IVA tampoco les ha beneficiado.

- En absoluto, nos ha hecho mucho daño. En 2000 se logró que fuera reducido. Pero desde hace un par de años pasó del 8 al 21%. En esos baremos el margen de beneficio que queda a las profesionales de la imagen es muy pequeño.

¿De cuánta gente está formado el sector en Bizkaia?

-De unas 3.000; alrededor de 2.200 en peluquería y 800 en el sector de la esteticién. Es más fácil abrir una peluquería por el coste. Un centro de estética es mucho más caro.

Son la asociación más antigua que existe en Bizkaia.

-Sí, somos del año 53. Tenemos presencia dentro de la patronal del comercio, (Cecobi), como en la Cámara de Comercio. La verdad es que somos una asociación sin ánimo de lucro que llevamos más de cinco décadas trabajando y manteniéndonos con lo que aporta cada una de las asociadas.

Una asociación muy activa, pero que no se deja ver demasiado.

-El problema es que no tenemos tiempo para dejarnos ver en la foto. Las personas que se dedican a esta profesión se centran en realizar su labor y luego una vez que acaban no tienen tiempo de dedicarse a promocionar su empresa. La mayoría tiene cargas familiares que tienen que atender.

¿Cómo ve el futuro?

- Se van a mantener solo los buenos, los mediocres van a caer.