Ajangiz - Luzia Intxausti vive en el mismo centro neurálgico de Ajangiz, en una esquina de la plaza ubicada frente al Ayuntamiento. Ejerció la labor de profesora en los tiempos en los que el euskera estaba perseguido y fue una de las docentes que impartió clases de forma clandestina a los niños de Bilbao y de su propio pueblo. En aquel tiempo, fue vecina y compañera de Julita Berrojalbiz, impulsora de las primeras ikastolas y desde principios de año parte del callejero de la capital vizcaina.
Si tuviera que elegir un lugar de Ajangiz, ¿con cuál se quedaría?
-Pues no lo sé, porque Ajangiz es espectacular. Solo hay que ir a la plaza y mirar a cualquier lado. Aquí, además, solemos tener media hora más de sol que en Gernika, ya que allí se esconde antes. Dime tú que pueblo es más bonito. Cualquier lugar es bonito. Si subes para Burgo hasta puedes ver el mar. Un poco antes de llegar a la cima se puede contemplar la playa de Laida. Es que si tuviéramos playa aquí, ni Marbella se podría comparar a esto, vamos.
¿Qué tiene Ajangiz que no tenga otro pueblo?
-Lo que te decía de las vistas. Aunque también tiene otras cosas. Estar cerca de un pueblo grande como Gernika supone que a cinco minutos de distancia puedes disfrutar de más servicios o tener más oportunidades y eso es importante. Puedes ir a ver una película, una charla, hacer compras, tomar un café en cualquier lado?
¿Qué diagnostico de la localidad haría actualmente?
-Tenemos una casa de cultura que abre por las tardes y tiene un movimiento que agrupa de todo: bailes, yoga, pilates, un programón para navidades? tenemos de todo. En el tema cultural estamos muy bien surtidos. En estos momentos no hay muchas obras, pero en los últimos años se han desarrollado muchos proyectos como el arreglo de carreteras, electrificación y un nuevo frontón. En Kanpantxu ya había uno, pero este de Mendieta es relativamente nuevo. Y hay un movimiento de gente, en el bar, en el Ayuntamiento y para hacer cualquier papeleo la atención es muy cercana. Para cualquier problema te ayudan, son todos amigos. No parece ni que sea una administración. La cercanía no es una cosa tangible, pero es lo que aporta calidad al servicio. Ajangiz tiene muchas ventajas.
Ajangiz se divide en tres barrios: Mendieta, Kanpantxu y Renteria. ¿Suele haber pique entre ellos?
-Eso siempre, como en todos lados. Pero es algo anecdótico. En el caso de Renteria es algo diferente ya que es el más cercano a Gernika. A mí me han contado cómo la gente que bajó a Gernika solía seguir viniendo a la iglesia de Ajangiz, y eso que ya existía La Merced, pero mantenían la costumbre. Al ir muriendo la gente mayor los jóvenes dejaron de subir. Digamos que los del barrio se hicieron de Gernika. Suele haber más pique entre Kanpantxu y Mendieta.
Estuvo involucrada en la desanexión del municipio de Gernika-Lumo ¿Cómo transcurrió todo el proceso?
-La desanexión fue un tema político que vino derivado tras la anexión ocurrida en 1942. Hubo algunos movimientos vecinales, estaba todo muy viejo, faltaban infraestructuras, no había atención, todo dejado, no sabíamos ni quiénes éramos. En un momento dado, comenzamos, como comienzan estas cosas, desde el planteamiento de que había que cambiar las cosas. Dio comienzo desde algo muy pequeño que dio lugar a una cadena de acontecimientos. Pero todo derivado a partir de un largo proceso, hasta que se logró la desanexión oficialmente en 1991.
¿Qué fue lo más difícil?
-Lo más duro fue que se hizo muy largo, porque tuvimos un proceso de desanexión muy complicado ya que somos un pueblo pequeño y estábamos unidos a un pueblo grande. Cuando ocurrió la anexión todo el pueblo bajó a Gernika-Lumo.
¿Lo veían como algo irrealizable?
-Nosotros no teníamos ningún partido político en el pueblo. Hablamos con la Diputación, el referéndum que se quería hacer no iba a ser vinculante por lo que aun ganando no podíamos hacer nada. A pesar de ello tiramos para adelante. Pero el gran problema que trajo la anexión fue que la gente se marchó a Gernika y volver atrás otra vez fue muy complicado.
exdocente