En el regreso de los DEIA Hemendik Sariak al Klaret Antzokia de Balmaseda, el auditorio reconoció la labor que realizan los galardonados, una representación de los “recursos personales de primer orden” con los que cuenta Enkarterri, según el alcalde anfitrión, Álvaro Parro. Así, en una época en la que comienza la vendimia en un territorio muy propicio para los viñedos, tal y como apuntaron los txakolineros de Zalla premiados, José Domingo Txabarri y Alfredo Egia, la comarca recoge una cosecha aún más valiosa: la labor de sus vecinos desde diferentes ámbitos. Toda una “satisfacción”, también para el director de este diario, Bingen Zupiria, reflejar ese esfuerzo en las páginas de DEIA.
Retomando el hilo de las palabras que dirigió hace dos años en ese mismo escenario, el alcalde de Balmaseda recordó que “el éxito solo está delante del trabajo en el diccionario”. Y, aunque era la noche de entidades, empresas, asociaciones e iniciativas particulares con nombres y apellidos, Álvaro Parro quiso apelar a los “acuerdos” que han posibilitado que “hayamos trazado nuestro camino en la Mancomunidad con una incorporación paulatina”. A su entender, esa es la manera de avanzar “y no la denuncia y la crispación”, añadió en clara referencia al proceso judicial iniciado por Zalla Bai en el Ayuntamiento vecino.
Un trayecto que recorrieron juntos por sendas de montaña los ocho deportistas de diversas localidades que impulsaron el proyecto del camino encartado. “Hemos encontrado zonas muy bonitas que se podrían acondicionar”, sugirieron a las autoridades presentes. Entre ellas, la diputada de Sostenibilidad y Medio Natural, Elena Unzueta, que les entregó el premio. De haber tenido pistas forestales, Francisco Rodríguez habría rebajado aún más la marca de su subida y bajada del Kolitza. El reto surgió a modo de apuesta “en un bar y ya se sabe...”, recordó entre risas ante los asistentes. En establecimientos de hostelería de primer nivel se sirven platos elaborados con cebolla morada de Zalla de Ana María Llaguno, mientras que la repostería de Izaskun García y Joseba Afanador podría emular su éxito. “Todo se lo debemos a nuestras hijas. Cuando nos dijeron que eran celíacas me propuse que no pasaran por lo mismo que yo, que tampoco tolero el gluten”, dijo Izaskun en presencia de las pequeñas. Una cuestión familiar, saberse herederos de generaciones que han cuidado el molino de Valdivián, en Galdames, mueve a la familia Palacio. Los alimentos forman parte de la actividad de la asociación Virgen Milagrosa de Balmaseda, que empezó colaborando con la iniciativa solidaria que un vecino lleva a cabo en Honduras. Porque los proyectos más importantes surgen de lo cercano, como la asociación Maestro Guridi de Alonsotegi o la asociación Gaurko Emakumeak de Sopuerta. Traspasan las fronteras de Enkarterri Viajes Arzabe, los triunfos de Natalia Ginés a lomos de su caballo y la prueba del mundial de enduro que buscó y consiguió erigirse “no en una carrera, sino en la mejor”, remarcó Imanol Taramona en representación de organización y voluntarios. Lo que surgió en Gordexola ha evolucionado en pocos años. En los cien que lleva en Balmaseda la relojería Antonio de Francisco “el reloj ha pasado de ser necesario a una joya, igual que mis hermanas y mi madre”, elogió Eugenio, nieto del fundador, al que acompañaron Andoni Manso, Roberto y Eder Manterola, Agustín Basarrate, Kike Hermosilla, Óscar Sainz, Josu Molinos,, Iñigo Aspiunza y Joana Pérez.