LA carta náutica de 1504, del navegante portugués Pedro Reinel contiene la primera rosa de los vientos conocida que representa la flor de lis como símbolo del Norte. Esta práctica fue adoptada en otras cartas náuticas y ha sobrevivido hasta la actualidad. Rumbo al norte, siempre hacia delante, se celebró anoche una fiesta lúdica en el Kate Zaharra, donde Amancio y Patricio Valiño gestionan, no ya un local de éxito, sino un estilo de vida. A la cita invocaron desde la bodega Chivite, rey de los rosados y presidente de otras repúblicas vinícolas, en compañía de Tattinger, un venerable champán de burbubujeantes canas, con quien mantiene una estrecha alianza desde 1999.

Fue una noche rosa pasión. Había que escucharle a Julián Chivite las alabanzas vertidas sobre Chivite Las Fincas 2015, la botella-joya creada por Juan Mari Arzak y la bodega, vestida con un atractivo traje de noche color rosa pálido (pese a que su elaboración es por completo con uva tinta...) que esconde una trampa. No en vano, al descorcharlo conquista con su intenso aroma frutal con final a pétalos de rosa y su paladar untuoso con notas de cereza, según atestiguan las notas de cata. En su nombre el evento se bautizó con el sobrenombre de La noche se vuelve rosa.

curiosa coincidencia Hubo un momento, allá entre las 8.30 horas y las 9.00 de la tardenoche, que se dio una curiosa coincidencia: en la puesta de sol, el cielo cogió una tonalidad semejante a la de la botella. Es lo que se llama capricho de los dioses. Testigos de lo que les cuento fueron, además del propio consejero delegado del Grupo Chivite, Julián; Carlos de Ipanema, Antonio Escofet, Iñaki Oñatevía y Diego Talavera, cuatro de los anfitriones principales de la noche; Germán Tomás, Idoia Basterretxea, Alberto Salcedo, Asier Arrieta, Maite Goikolea. Iñigo Alonso, Álvaro Ortega, hombre fuerte de Docor Comunicación; Mario Hernández, de Alimentaria Asua, y el decorador Claudio Ferrari, entre otros asistentes que disfrutaron de una noche de cinco estrellas.

A la cita tampoco faltaron Óscar Morales, embajador plenipotenciario del bar Eme; el diseñador Jon Vela, Kepa Cabareda, Garazi Barriuso, Patricia Palomar o jugadores del Athletic como Óscar de Marcos, Aymeric Laporte, Beñat Etxebarria o Markel Susaeta. También acudieron Jon González, Toño Ibarrondo, José Ramón Silva, Jorge Sánchez, Patricia Puente, Maxi Sedano, José Luis Martínez, Juan Carlos Sánchez, Javier Olabarria, Izaskun Mendizabal, Ainhoa Aranguren, Carlos García, Miren Elorriaga, Juan Carlos Aranburu y así toda una legión de gentes de paladar fino y gusto por el lujo, uno de los leitmotiv de la noche en la que, pese a la rosa de los vientos del principio, más de uno acabó con el rumbo desorientado. Dejémoslo ahí.