Mañaria - La sangre mañariarra y la pasión por la bicicleta corren por sus venas. A sus 52 años, Rubén Gorospe sigue pedaleando todos los días por el bello municipio que le vio crecer. Tras diez años de profesional, década en la que llegó a correr un Tour de Francia, dos Giros de Italia y cinco Vueltas a España, se siente orgulloso de haber podido llevar el nombre de Mañaria fuera de Euskadi.
¿Cómo definiría su municipio?
-Mañaria es un pueblo precioso, ubicado en un entorno privilegiado, rodeado de montañas, bien comunicado, donde su vive muy bien.
¿Qué es lo mejor de vivir en un pueblo pequeño?
-La tranquilidad que se respira y la cercanía con los vecinos.
¿Y lo peor?
-Que si haces alguna trastada todo el mundo se entera (risas). También tengo que decir que no suelen pasar demasiadas cosas porque no hay gente conflictiva.
Mañaria cuenta con alrededor de 500 habitantes. ¿Se conocen todos?
-Más o menos estamos todos fichados. Quizás a la gente joven que se hace mayor es a la que te cuesta un poco más ubicar, pero es tan sencillo como preguntarle a ama y ella me saca de dudas (risas).
¿Cómo es la vida aquí?
-En Mañaria reina la tranquilidad. Antes eran muchos los que trabajaban en el campo y pasaban el día a día en el caserío o recogiendo cerezas. Ahora la mayoría trabaja fuera de Mañaria aunque, como nosotros, se intenta mantener el terreno y trabajar la huerta.
¿Cuál es el mayor encanto de Mañaria?
-El entorno que nos rodea. Hay muchísima gente que hace bastantes kilómetros para ver los montes y paisajes tan preciosos que tenemos. Recuerdo cuando corría y me pasaba un mes y medio en la Vuelta a España o en Colombia. Estaba deseando llegar a casa para volver a disfrutar de la naturaleza.
Rodeados por numerosas montañas, ¿con cuál se queda?
-Mi ladera es Intzulaitz porque yo nací en un caserío de allí. Aunque es de los montes más peligrosos si no lo conoces. Pero ya sabes que la cabra siempre tira al monte (risas). De crío siempre estábamos por esa zona y recuerdo con cariño cómo mi padre me enseñó a coger setas.
¿Cuántas veces ha subido Urkiola en bicicleta?
-He perdido la cuenta. Al vivir justo debajo del puerto siempre salíamos en dirección a Durango para calentar y luego terminábamos subiendo.
Un vecino se hizo conocido porque subía Urkiola sentado hacia atrás?
-Era el barbero del pueblo, Onaindia, más conocido como Treinta, y subía así todos los domingos. Empecé a probar y con veinte años conseguí subir a Urkiola hacia atrás. La verdad es que es fácil, se trata de coger el equilibrio. Incluso ahora podría hacerlo.
En Mañaria al ciclista no le queda otra que ser buen escalador.
-El corredor vasco siempre ha sido escalador y siendo de Mañaria, todavía más, por narices.
¿Por qué salen tantos ciclistas de aquí?
-Que hayamos llegado cuatro a profesionales es mucho. Julian, yo, mi primo Unai Uribarri y ahora Mikel Bizkarra. Puede ser que en los pueblos pequeños el deporte está muy arraigado y antes no había mucho más que hacer. Estábamos todo el día con la bicicleta o en el frontón.
Ha llevado el nombre de Mañaria por el mundo. ¿Qué siente?
-Orgullo. Siempre he dicho bien alto de dónde soy. Nací aquí, estoy empadronado en Mañaria y mis dos hijos, Gorane y Enaitz, también.
Al mañariarra se le tacha de competitivo. ¿Está de acuerdo?
-Aquí somos un poco burricos. Siempre se ha competido por todo y se hacían muchísimas apuestas. A ver quién levanta más veces la piedra, quién sube antes Urkiola o quién es el más rápido corriendo.
¿Qué conserva el Mañaria de hoy con el que conoció en su infancia?
-Se mantiene prácticamente igual con la diferencia de que el frontón ahora está cubierto.
¿Una visita obligada para el turista?
-Acudir a Hontza Museoa, primer museo de ciencias naturales de Bizkaia y ver el monolito de Kirikiño en homenaje al escritor y periodista Evaristo Bustinza Lasuen, que nació aquí en 1866.
¿Qué nos propondría para comer?
-Una chuleta en sartén en el restaurante Arri Toki con pan de caserío de Mañaria.
¿A qué sabe Mañaria?
-A naturaleza.
¿Qué le diría a una persona que todavía no conoce Mañaria?
-Que merece la pena venir, conocer estos paisajes impresionantes y seguro que no se arrepiente.
Exciclista profesional de mañaria