LA tarde se balanceó entre la alegría y la nostalgia en el adiós. Quiere decirse que quienes ayer recogieron los diplomas que acreditan sus estudios en la Escuela Técnica de Peritos Industriales de Bilbao (Euiti) salieron ayer con una sonrisa de oreja a oreja del salón donde se entregaron las credenciales mientras un punto de nostalgia tocaba el corazón del cuerpo académico. No por nada, las exigencias de Bolonia obligan a la unificación de los estudios. El de ayer fue el último de los actos de este tipo. Se respiraba un puntito deja vu en el ambiente.
una legión Ejerció de anfitrión en la tarde el director de la Euiti, Patxi Sainz, dicho sea con permiso de Carmelo Garitaonandia, máxima autoridad universitaria en la sede de la Escuela. Junto a ellos se encontraban el decano del Colegio de Ingenieros Técnicos, Mario Ruiz de Agirre, Natalia Rodríguez o Javier Alonso entre otros, acompañados por autoridades de otros campos del saber como María José González, Enrique Amezua, Pedro Manuel Gómez, Simón Peña, Ixusko Ordeñana o Gurutze Ezkurdia. Tampoco faltaron a la cita Asier Abaunza, el director de Aita Menni, Ignacio Quemada o los miembros del Aula de Bioelectrónica, Manuel Sánchez Moronta y Javier Ortiz entre otros.
Ellos rodearon a los últimos elegidos, desde Álvaro Casado a Javier Fernández, pasando por Unai Arévalo, Aitor Valdivielso, Aitor Quemada, Erlantz Otaola, Eder García, Alberto Páramo, Asier Gavilán, Iker Azanza, Markel Blanco, Iciar Abaitua, Helen Paz, Itsaso Elonia Sabino, Nagore Igarteburu, Hugo Gómez, Javier Iglesias, Endika Rafols, Josu Ramos, Ariane Rodrigo, Iñigo Souto, Beñat Uriarte, Josu Urresti, Asier Uriarte, Yasmin Cabeza, Daniel del Reguero, Amets Urkijo, Amaia Ortega y así toda una legión.