Orozko- Con sus 102 kilómetros cuadrados de superficie, Orozko es el segundo municipio más grande del territorio, aunque el último que se adscribió al Señorío de Bizkaia tras la junta general celebrada por sus vecinos el 31 de julio de 1784 en la campa de Larrazabal.
El atractivo más conocido de Orozko es que constituye una de las puertas de acceso al Parque Natural de Gorbeia y a su término municipal pertenece íntegramente el impresionante Biotopo Protegido del macizo de Itxina. A este destacado tesoro natural y paisajístico hay que sumar el rico patrimonio arquitectónico, etnográfico, histórico, artístico o cultural que atesoran sus catorce barrios y su amplia extensión territorial. De todo ello hablamos con Pedro Martín, de 57 años, y que allí a donde va presume de “ser vasco, vizcaino y, sobre todo, orozkoarra”, afirma.
¿Ha cambiado mucho Orozko desde su niñez hasta ahora?
-Ha evolucionado como la inmensa mayoría de los municipios que han crecido tanto en población como urbanísticamente. Ha pasado de ser un pueblo en el que todos nos conocíamos y nos relacionábamos a vivir ahora de una manera más impersonal, en la que cada uno se ciñe, sobre todo, a su círculo de amistades. Es algo natural e inevitable por el elevado porcentaje de personas que se han asentado aquí en los últimos años, no solo procedentes de localidades limítrofes sino también de otras más lejanas.
¿Cuales son las razones por las que alguien de fuera decide residir en Orozko?
-No creo que el empleo o la vivienda hayan sido o sean hoy en día factores determinantes. Me queda pensar que es por el encanto del pueblo. Desde mi punto de vista, es una delicia vivir aquí.
¿A qué encantos se refiere?
-Como dice un laudioarra de pro, como es el historiador Félix Muguruza, el verdadero museo de Orozko comienza de puertas para afuera de su museo. Parece una contradicción, pero es así. Los encantos de Orozko están en la calle, en sus barrios, en su historia, en sus gentes...
Vayamos paso a paso y empecemos por sus habitantes. ¿Cómo es el carácter de un orozkoarra?.
-Históricamente hay diferencia de pensamientos y forma de ver la vida de los habitantes de la periferia y los que residen en el núcleo urbano, es decir, en el barrio de Zubiaur. En las zonas rurales ha estado siempre mucho más presente el euskera y las relaciones de amistad o de ocio se suelen circunscribir a su entorno más cercano. Los habitantes de Zubiaur, por contra, son más cosmopolitas y más abiertos. Aquí es donde se ha producido el mayor crecimiento poblacional y urbanístico, y se nota.
En lo que a servicios para la ciudadanía se refiere, ¿Orozko ha estado a la altura de ese crecimiento? ¿Están cubiertas las necesidades básicas de la población?
-Yo creo que no nos falta prácticamente nada. En Zubiaur, además de la Casa Consistorial y los servicios administrativos, hay escuela, centro médico, residencia de ancianos, instalaciones deportivas como el frontón, campo de fútbol y polideportivo con piscinas cubiertas y descubiertas o culturales y de ocio como el Museo, la sala Lonbo Aretoa o la kultur etxea.
Orozko se encuentra en un enclave natural y paisajístico privilegiado. ¿Que recorrido propone para descubrirlo en una jornada?
-Una salida representativa tendría como punto de partida la plaza de Zubiaur, para después visitar el barrio de Urigoiti y desde allí atravesar el ojo de Atxular y adentrarnos en Itxina. Pero posibilidades hay muchas y muy variadas.
¿Está bien aprovechada toda la potencialidad turística y cultural del municipio?
-Creo que se podría hacer más. Yo echo en falta algo que observo en otros parajes como es señalizar, documentar y crear rutas temáticas, ya que hay muchas iglesias o ermitas que atesoran joyas artísticas, un patrimonio industrial como ferrerías, tejeras o molinos, o ligado a la antigua recolección de castañas o producción de hielo. Es evidente que tenemos una gran riqueza cultural, histórica y etnográfica, y deberíamos sacarle más partido. Apostar por el turismo de calidad sería muy bueno para el pueblo ya que se beneficiaría el sector comercial y hostelero, los agroturismos, los artesanos...
A pesar de ese inconveniente, en los últimos años se están difundiendo muchos aspectos relacionados con la tradición, usos y costumbres de Orozko a través de jornadas y actos.
-Sin duda y lo bonito es que muchas de esas iniciativas parten del mismo pueblo. Si alguien ha hecho algo para dar a conocer nuestro entorno natural es el club de montaña. La asociación Supelaur ha apostado por recuperar los antiguos kirikiñausis o ericeras, que son las construcciones circulares de piedra donde se guardaban las castañas, y organizan en el mes de octubre la jornada festiva del Gaztaina Eguna. También merece mencionar la labor de Orozkoko Garrafa de poner en valor y difundir una tradición que hasta hace pocos años estaba completamente olvidada en Bizkaia y en Orozko como era la elaboración de una bebida refrescante gracias al hielo que se producía y bajaba de los neveros de nuestro término municipal. Son solo algunos ejemplos de todo lo que se está haciendo.
Empresario de Orozko y coleccionista de garrafas