Síguenos en redes sociales:

Julián Sanz, una vida entre el balón y la bicicleta

El ugaotarra lleva una década compitiendo en la dura modalidad de ciclismo de larga distancia Ha disputado cuatro veces la exigente Race Across America y en 2012 logró acabar el cuarto

Ugao-Miraballes - El ugaotarra Julián Sanz, de 41 años, compaginó de pequeño la práctica de ciclismo y de fútbol “a pesar de que mucha gente decía que era incompatible”. Con el paso del tiempo, sus progresos con el balón le hicieron decantarse por el deporte rey hasta el punto de que militó en equipos como el Sestao e incluso de otras provincias como Burgos y Valladolid y llegó a jugar en Tercera División, “pero nunca dejé del todo la bicicleta”.

Sin embargo, con 20 años sufrió una grave lesión de rotura de tibia y menisco y tuvo que abandonar la competición. “Fue un duro golpe pero cuando me recuperé decidí centrarme en otro deporte. Opté por el triatlón de larga distancia y llegué a participar en cinco ocasiones en la exigente Ironman”. Durante ese periodo de dedicación a la disciplina de los tres deportes (natación, ciclismo y maratón) se dio cuenta de que “lo que se me daba mejor era la parte de bicicleta y en 2004 empecé a prepararme para competir en pruebas de ultrafondo”.

Los resultados no tardaron en llegar. En 2005, Julián Sanz quedó clasificado en segundo lugar tras realizar los 1.200 kilómetros de la Madrid-Gijón-Madrid y a partir de ahí, su evolución ha sido imparable con éxitos como el primer puesto en 2007 en Le Tour Ultime de Francia en el que realizó sin parar 4.180 kilómetros en 11 días y 17 horas.

Pero en esta modalidad, su pasión ha sido siempre la Race Across America (RAAM), sin lugar a dudas la carrera ciclista más dura y larga del mundo que consiste en recorrer los casi 5.000 kilómetros de distancia que separan las costas este y oeste de Estados Unidos desde la californiana Oceanside hasta llegar a la meta de Annapolis, en el estados de Maryland. Julián Sanz pudo disputar la prueba en cuatro ocasiones (2008, 2009, 2010 y 2012 en el que obtuvo su mejor puesto al acabar cuarto en la clasificación) gracias a que “tenía con un patrocinador que me aportaba la base económica del proyecto aunque yo tenía que buscar también otras pequeñas ayudas”.

Con la crisis, llegó el final de su principal fuente de financiación, motivo por el que ha tenido que dejar, de momento, apartada su presencia en la RAAM aunque el afán de competición de Julián Sanz, su tesón y su pasión por el ultrafondo le han llevado a buscar otros retos y objetivos.

Prueba de 24 horas

Y la próxima competición le va a llevar dentro de muy pocas semanas hasta California para disputar el 13 de noviembre el Campeonato del Mundo de 24 horas en Borrego Springs. “Es la primera vez que acudo y me estoy entrenando para ganar”, asegura.

Esas buenas sensaciones se deben a la evolución positiva que está teniendo Julián Sanz desde que disfruta de una beca en el Centro de Perfeccionamiento Técnico del Gobierno vasco, integrado en la Ciudad Deportiva de Fadura. “Desde 2012 estoy en manos de Aitor Alberdi que está estudiando mi evolución junto a la del corredor Asier Cuevas. En mi caso, repetimos test de 300 kilómetros con el objetivo de bajar de las 10 horas. Ahora estoy en 8 horas y 40 minutos, unos resultados que te animan a buscar pruebas de mucha calidad y exigentes como la de California”.

Según esos datos, Julián Sanz debería superar los 800 kilómetros de distancia en esas 24 horas de competición “aunque hay muchos factores que te pueden afectar”, precisa. Uno de ellos es la falta de tiempo para la aclimatación ya que el ultrafondista de Ugao partirá de viaje hasta California el 9 de noviembre, lo que le deja muy poco margen para descansar y adaptarse a las condiciones de calor. “Esta semana estoy entrenando en velódromo recorriendo amplias distancias en llano pero quince días antes de partir hacia California voy a hacer largas sesiones de rodillo dentro de una sauna para simular la sensación de agobio y altas temperaturas del desierto”, explica.