Ugao-Miraballes - Ingeniero de Telecomunicaciones, actor, creativo, concursante en programas televisivos, presentador de eventos, colaborador en Radio Euskadi... A sus 34 años, Ernesto Fernández es un joven claramente polifacético e inquieto pero, sobre todo, se siente orgulloso de su origen ugaotarra y de ensalzar el nombre y la idiosincrasia de la villa “allá a donde voy”, afirma. Hoy lo hace también para DEIA.
¿Qué significa ser ugaotarra?
-Sentirse orgulloso de Ugao. Mencionar tu procedencia tanto si vas al pueblo de al lado como al país más lejano que te imagines. Poner a Ugao en el mapa en cualquier circunstancia u ocasión que se presente.
Y ese sentimiento, sin duda, tan arraigado en su persona y en su carácter, ¿considera que es compartido por sus convecinos?
-Por supuesto. Y no solo entre quienes hemos nacido aquí. Los recién llegados enseguida se sienten parte del municipio, como si llevaran con nosotros toda la vida.
¿De verdad es así? ¿No está exagerando?
-Para nada. Tan solo hay que pasear una mañana por lo que era el antiguo Camino Real, nuestra columna vertebral, para percibir que somos un pueblo hospitalario y acogedor. La gente recibe a los de fuera como a cualquier conocido o amigo. Y si alguien de otro municipio decide venir a vivir aquí enseguida encaja socialmente muy bien. Siempre encuentra algo que colma sus expectativas. Tenemos mucha capacidad de sorprender y de contagiar nuestro entusiasmo por nuestras raíces y por nuestra historia.
La historia de una noble villa.
-Eso es. Fundada el 4 de marzo de 1375 por el infante Don Juan, Señor de Bizkaia.
Se lo sabe de memoria. Tampoco es normal que un joven tenga tan claro los orígenes de su localidad.
-Aquí no solo ha habido siempre un gran interés y preocupación por conservar nuestras tradiciones y cultura sino también por transmitir y recordar a los vecinos cómo surgió la villa. En el año 2000, coincidiendo con el 625 aniversario de la fundación de Ugao, se creó el Centro de Interpretación Histórica. Y una década después se empezó a celebrar un mercado medieval y niños, jóvenes y adultos se volcaron también en la organización y representación de una obra de teatro sobre los hechos acontecidos más de seis siglos atrás. Fue todo un éxito, un punto de inflexión que nos unió más como pueblo y que nos hizo sentir aún más orgullosos, si cabe, de nuestro pasado.
Fue, además, el germen del grupo de teatro local Ugaoko Bidea y de la fructífera relación que, desde entonces, mantienen Ugao-Miraballes y el escritor José Luis Urrutia.
-Es uno de los más claros ejemplos de lo que te comentaba antes. Urrutia fue contratado puntualmente por el Ayuntamiento para guionizar y dirigir ese montaje teatral conmemorativo y se quedó prendado de nuestras inquietudes y ganas de aprender, de transmitir... Desde entonces, dirige la compañía amateur Ugaoko Bidea que, de la mano del Centro de Interpretación Histórica, sigue sacando a la calle retazos de nuestro pasado de una manera didáctica, simpática y entretenida y que incluso atraen a mucho público de fuera.
¿Qué otras agrupaciones locales destacaría? ¿Y por qué?
-La coral está también llevando el nombre de Ugao por muchas localidades. Burdin Hesia lleva desde 2011 investigando y difundiendo los hechos que ocurrieron en la villa durante la Guerra Civil y recuperando los restos del Cinturón de Hierro. La Cofradía de la Virgen de Udiarraga tan vinculada a nuestras fiestas patronales y que hace poco descubrió los restos de la ermita primigenia que, por desgracia, se van a tener que tapar... Tenemos mucho y muy buen tejido asociativo.
Hemos hablado mucho de cultura, ¿qué me puede decir del ambiente y del ocio en Ugao?
-Siempre hay gente en la calle y, sobre todo, los fines de semana. La gente sale con su cuadrilla, se pone al día, habla del fútbol... Y los domingos a primera hora siempre ves a personas preparadas para ir al monte.
Y, por último, ¿qué falta en Ugao?
-Empleo para los jóvenes y un auditorio para seguir explotando toda nuestra actividad cultural.
Polifacético vecino de Ugao-Miraballes