El bakiotarra Jon Enderika restaura bicicletas en su taller de Mungia
El bakiotarra Jon Enderika restaura y repara estos vehículos de dos ruedas en su taller de Mungia Apuesta por el reciclaje y por la estética retro para dotar de nueva vida a bicis viejas y antiguas
Mungia - Deja tu vieja bici en sus manos. Él logrará que vuelvas a enamorarte de ella. Jon Enderika es un bakiotarra que tiene el poder de devolver a la vida a esas bicicletas viejas y antiguas que languidecen en lonjas y trasteros, que van feneciendo, derrotadas, ante la ausencia de suelas que machaquen sus pedales y que las hagan rodar por el asfalto.
Jony Bikes Garage es el taller que regenta en Mungia. Se trata de un local insólitamente acogedor, que huele a rock, donde las bicis maltrechas esperan su turno y donde lucen molonas las que ya han pasado por el proceso de reparación y maqueo.
Este bakiotarra repara y restaura bicicletas viejas y antiguas, y lo hace dándoles una imagen bella y diferente. “Me gustan las bicis con estética antigua. Son más bonitas que las modernas. Puedes lograr una bici de calidad con un look clásico. Encima ahora vuelve lo retro”, explica Jon.
Para ello, dota a las bicicletas que pasan por sus manos de piezas y componentes antiguos que consigue en rastros, mercadillos o por internet. Así, tras jornadas de trabajo, estos vehículos de dos ruedas renacen tras dejarse mimar por Jon, el sanador de bicis, que les proporciona un nuevo color, o les cambia el manillar, el cuadro, el sillín... “Es devolver la vida a estas bicicletas; es devolverles a la carretera, muchas veces en manos de otros propietarios que van a disfrutar de ellas durante años. Es una bonita manera de reciclar”, destaca.
su primera bici En toda infancia hay hitos que marcan. Jon recuerda su primera bici, una BMX. Sonríe cuando habla de aquella bicicleta roja con la que rulaba por las calles de Bakio. Luego, ya con 13 años, llegó una mountain bike, más pro, que le permitía ir al monte o pedalear hasta los pueblos vecinos. Y narra como, siendo críos, cogían de la basura bicis viejas que tiraban los veraneantes al finalizar la temporada estival. Con entusiasmo y paciencia las arreglaban y las ponían a rodar de nuevo. Jon no ha practicado el ciclismo como deporte. Lo suyo es el patín e incluso se anima a coger olas en las aguas bravas de ese Bakio que, casi por inercia, le ha acabado llevando a este mundo de las dos ruedas.
Jon asegura que el germen de todo este proyecto, casi, casi, puede encontrarse en un poteo en bicicleta que se organiza cada año con motivo de las fiestas de Bakio. “No teníamos bici y cogimos unas de la basura para participar”, explica. Acabó arreglando aquella bici para regalarla y empezó a funcionar el boca a boca acerca de su buen hacer.
Así pues, con el tiempo, se hizo con el local en Mungia, y lo que en un principio comenzó siendo una lonja para arreglar bicicletas en plan hobby, acabó convirtiéndose en el taller que es ahora, donde Jon es capaz de restaurar una bici a la carta, al gusto del propietario. “Esto es también una manera de ahorrar. En lugar de comprar una bici nueva hay quien prefiere traer la vieja, la ponemos al gusto del propietario y vuelve a enamorarse de ella”, explica.
En su cabeza dan vueltas nuevos proyectos, como hacer una bicicleta con un soporte para llevar la tabla de surf, o un drift trike, una bici de tres ruedas, que tendrá las dos traseras cubiertas de PVC para poder derrapar. “También quiero hacer un cochecito de pedales para adultos”, narra.
Anécdotas atesora muchas en torno a este mundo, como aquellos carnavales en los que se disfrazaron de moteros y para ello soldaron unas bicis con forma de Chopper. “Fue muy divertido”, asegura. “Luego se las regalé a unos heavys de Bakio”, explica sonriente.
Hoy, Jony Bikes Garage es ese lugar donde las bicis aguardan pacientes con los pedales ajados y la cadena seca. Velando armas. Porque las manos de Jon sabrán dejarlas guapas y prestas para devorar kilómetros.