Ondarroa - Los temporales del pasado año abrieron unas profundas heridas en muchas infraestructuras portuarias de Bizkaia. Restablecerse de aquellas afecciones ha sido largo y costoso, pero dársenas como Ondarroa ya se van recuperando. El Departamento de Medio Ambiente y Política Territorial del Gobierno vasco abrió ayer al público el paseo del espigón de la playa de Arrigorri tras un desembolso que ha rozado el millón de euros.

“La solución que se adoptó para el refuerzo y consolidación de la cimentación del morro tuvo en consideración especialmente el componente medio ambiental”, matizó la consejera, Ana Oregi, que ayer visitó la dársena ondarroarra junto a varios responsables del Ejecutivo de Lakua. Y es que situado junto a la playa de Arrigorri, “se han realizado numerosas medidas correctoras del impacto ambiental con control de residuos y del ruido, protegiéndose las aguas y la vegetación”. Los trabajos, a cargo de la empresa Comsa, arrancaron el pasado julio y han tenido que hacer frente también a los inconvenientes de este invierno.

El muro de mampostería del muelle, de una longitud aproximada de 230 metros terminado en forma de tambor con un diámetro de 9 metros, se “descalzó y fisuró, desprendiéndose una gran parte del mismo”, recordaron. Debido a ello, el dique ha tenido que ser repuesto y en los tramos donde el cantil se encontraba suelto, por último, “se han reforzado los mampuestos de sillería”. La base también ha sido reforzada con una losa de hormigón “visible en marea baja” pero que “desaparece con la subida de las mareas”. También se ha prolongado la barandilla del muelle “por seguridad”.

No en vano, el dique es un punto donde “suelen ser muy habituales los saltos para bañarse en el puerto”. Es por ello que los responsables del Ejecutivo de Gasteiz alertaron que los baños y saltos desde este punto son ahora “aún más peligrosos”, por lo que pidieron mantener la precaución. - I. Fradua