EN la escuela budista el nirvana es un estado superior, un lugar “donde no hay tierra, ni agua, ni aire, ni luz, ni espacio, ni límites, ni tiempo sin límites, ni ningún tipo de ser, ni ideas, ni falta de ideas, ni este mundo, ni aquel mundo, ni sol ni luna (...): ese es el fin del sufrimiento”. En verdad, el propio Budha asume que el nirvana no se puede describir con palabras así que se define como lo que no es. Salvando todas las distancias, Budha, el local que ayer se inauguró en una dirección clásica de la noche bilbaina (Alameda Urquijo, 88, donde antaño estuvieron, entre otros, el Oh Caramba o el Capri...), tiene un problema semejante: ¿es una discoteca o una sala de fiestas...? ¡Cualquiera se atreve a ponerle nombre! La realidad es que el local que gestionará, como cara visible, Javier Obispo aspira a esa meta: a alcanzar el nirvana de la noche hasta las seis de la madrugada y de jueves a domingos. Aventurarse a más es andar sobre el filo de la navaja. Demasiado riesgo.

voces y sushi Más allá del parecer de los vecinos, los ayer presentes en la inauguración estaban encantados con el local decorado por José Arroyo y en el que Óscar del Hoyo ejerció de anfitrión. La fiesta inaugural tuvo un aquel singular: azafatas con aires de gheisas que servían sushi y champán a los presentes y la actuación de Laura Mourelos, una garganta privilegiada que primero cantó en solitario y más tarde junto a las hermanas Leire y Carolina García, sin desdeñar la actuación del dj residente, Imanol Peña. La noche de Bilbao sonreía al ver renacer a uno de los suyos. Con otro nombre, otro estilo y otro aire, sí, pero uno de los suyos.

A la cita con ese despertar se sumaron, además de lo descrito, música de violín y muchos nombres propios, desde Pilar Díaz de Harranz hasta Yolanda Aberasturi, pasando por Alberto González, el alemán Denis Bocker, Julia Diéguez, Jon Aristin, Koldo Bilbao, Magdalena Suárez, Marta Torres, Izaskun Ercilla, Miren Lur Erkoreka, Eva Léniz, Lourdes Moreira, Cristina García, Rocío Velasco, Isidro Elezgarai, Esther Isabel; Julio Alegría, Mariapi Alza y Arturo Trueba, recién llegados de la fiesta conmemorativa de los 30 años de vida de la pastelería Don Manuel; Andrea Olabe y Andrea de la Torre, que se inmortalizaron junto al dj; Miren González, María Jesús Cava, Isabel Bátiz, Izaskun Lorente, Helena Santana, Fernando García Macua, María José Gandarias, Marino Montero, Elena Marsal, la fotógrafa Inma Fiuza, Aitor Mesa, Javier Azkarate, Mikel Ugarte, Ainara Beltrán, Idoia Pastor, Lander Goikoetxea, Isabel Ortega, Ander Zudaire, Iker Alonso, Miren Bilbao, Alazne Zarate y un buen número de pájaros y pájaras nocherniegos, dicho sea con el mayor de los respetos. Para todo ellos -y para los miles que sueñan con una noche sin cama, dicho sea sin segundas...- llega Budha a Bilbao. Su mano quiere marcar el camino. Hacia el nirvana.