Bilbao. Saber beber, saber vivir es el lema que los txikiteros han elegido para celebrar el viernes su fiesta, que este año cumplen el 50 aniversario. Ayer lo lucían muchos de ellos y ellas, en una pegatina, en el acto de entrega de los Txikitos de Honor, que en 2013 han recaído en Jesús Garitaonandia (a título póstumo), José Ángel Iribar, el Orfeón de San Antón y la Fundación Athletic. El colectivo Txikitero Artean aprovechó la ocasión para hacer un llamamiento a la participación en la fiesta, cuyos actos centrales serán la ofrenda de flores a la imagen de la Amatxu de Begoña en el edificio La Bolsa, a las doce del mediodía del día 11, y a la Salve de los Txikiteros, que se celebrará en el mismo lugar a las ocho de la tarde.
Tal y como dijo Jon Aldeiturriaga, gerente de la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo, "este acto sirve de calentamiento para el gran día". Como buen maestro de ceremonias fue nombrando a los galardonados con palabras cariñosas y de reconocimiento. Así, calificó a Jesús Garitaonandia, rector de la basílica de Begoña, fallecido a finales del año pasado, como "nuestro sacerdote de cabecera". El premio fue recogido por dos de sus hermanas, Mariví y Pili, y por el actual párroco, José Luis Antxotegi. Santi Larrea, de la BBK, fue el encargado de entregarle el vaso de txikito. Del Orfeón de San Antón, Aldeiturriaga dijo que "alegra nuestras calle y nos canta en nuestras fiestas txirenes... y en Santa Águeda no falla". El premio fue recogido por su vicepresidente, Larrea, y se lo entregó el popular Petiso.
El siguiente Txikito de Honor fue a parar a la Fundación Athletic, "que tantos amores y dolores nos da", y fue recogido por Jon Zapiraian a manos de Joseba Jáuregui, director de la Fundación Vicrila, empresa que ha vuelto a fabricar el vaso de txikito. Y, por último, el mítico José Ángel Iribar. "Al más grande", dijo Aldeiturriaga. Quizá por eso le entregaron el galardón "a cuatro manos" por parte de Ibon Areso, teniente de alcalde del Ayuntamiento de Bilbao, e Inmaculada Gallastegui, de la Peña Casco Viejo de Bilbao. Tras la entrega, los premiados descubrieron la placa inscrita con sus nombres en El hito de los txikiteros, monumento dedicado a perpetuar la memoria de los Txikitos de honor. La mayoría de los asistentes, tocados con boina, iniciaron al son del txistu, un pasacalles txikitero. Primera parada, la Peña Athletic del Casco Viejo.