"Las de 1983 fueron unas inundaciones extraordinarias"
En el trigésimo aniversario de las inundaciones, José Antonio Aranda, responsable de meteorología de Euskalmet, explica qué sucedió el 26 de agosto de 1983. "Fue un mes excepcionalmente lluvioso y una gota fría dejó más de 500 litros por metro cuadrado en 24 horas"
Bilbao. Las de 1983 fueron unas inundaciones insólitas que, presumiblemente, no volverán a suceder en 500 años. "Ahora, la tecnología nos permite prever lo que va a suceder y anticiparnos", señala el responsable de meteorología de Euskalmet.
¿Qué sucedió en 1983?
Esas inundaciones fueron realmente extraordinarias. Especialmente, en la zona de Bizkaia, en Bilbao y sus alrededores. Cayeron 500 litros por metro cuadrado en 24 horas, son unas cantidades ingentes en un mes en el que había llovido mucho. En total se midieron 600 litros por metro cuadrado en el mes de agosto de 1983. Cayó casi un hectómetro cúbico de lluvia sobre el Casco Viejo solo eso, per se, provocó inundaciones. A esto hay que sumarle todo el agua que bajaba por las laderas de los montes y que se unía a la ría.
Todo eso sucedió en 24 horas.
Sí, en apenas 24 horas. Dentro de ese periodo de tiempo, la precipitación no fue homogénea sino que hubo picos. El segundo pico de lluvia fue el más fuerte de todos, de 100 litros a la hora, y eso fue la gota que colmó el vaso, porque ya eran unas inundaciones ingentes, con un alto nivel de torrencialidad y ese segundo pico fue la traca final, algo totalmente extraordinario, inusual.
Coincidieron varios factores, no solo se trató de lluvias torrenciales.
Bueno, lo que ocurría en aquella época era que tampoco teníamos herramientas. El Gobierno vasco estaba recién formado. No había herramientas, un simple teléfono de hoy día es muchísimo más potente que el mejor de los ordenadores que había en el mundo en aquella época. La predicción meteorológica era tan pobre que no disponíamos de los medios necesarios. En aquella época había poquísimos sensores automáticos que nos fueran informando. Las comunicaciones eran telefónicas y con las inundaciones se cayeron. Lo único que veía la gente era en que punto se encontraba la ría en cada momento aunque no se si llegaban a apreciar que estaba subiendo o bajando el nivel del agua .
Eran los propios comparseros quienes daban la lectura de en qué punto estaba el agua.
En un curso de agua con tanto oleaje ver realmente que está subiendo no es fácil. Hoy en día con los instrumentos que tenemos lo vas viendo casi milímetro a milímetro. En cambio en aquella época era: "Cuidado que parece que sube". Pero no se sabía lo que estaba sucediendo realmente.
Se habla de un periodo de retorno de mil años, ¿se supone que algo así no volvería a pasar en mil años?
No. Realmente lo que nos está diciendo el dato de que las inundaciones del 1983 tienen un periodo de retorno en el mes de mil años y en 24 horas de 500 años es que son excepcionales, que ocurren muy pocas veces y que de media puede haber una cada 400 o 500 años. Es muy difícil que se den de nuevo todas las variables que se dieron aquel día. Tenemos unas series de datos muy cortas en el tiempo. La serie más larga prácticamente no llega a cien años. El problema que tenemos es que con estas series queremos saber el periodo de tiempo en el que le correspondería volver a sufrir una inundación como esa. Pero hablar de un periodo de retorno de mil años es hablar solo de estadística, porque en ese tiempo puede haber cambios climáticos y muchas otras cosas.
El principal cambio es el tecnológico. Si todas las variables que se dieron en 1983 volvieran a darse hoy el resultado sería otro.
El principal cambio, efectivamente, es el cambio tecnológico. Posibilita la captación de información y tener datos nos permite conocer lo que está pasando y modelizar lo que puede pasar. Todo ese proceso de coger la información, procesarla e inmediatamente ofrecérsela al público. Todas esas herramientas como internet o Twitter, nos dan la posibilidad de que todo el mundo esté informado al momento sin deformación de la información.
De ahí la importancia de acudir siempre a las fuentes oficiales.
Efectivamente. Está bien que la gente se informe en otros sitios, pero que contrasten la información con la fuente oficial. Una ciudadanía que no sabe lo que está pasando puede tener problemas y hay que minimizar los daños mediante la autoprotección.