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Todo lo que la ría arrastró

Ereaga se convirtió en un vertedero de gran peligro que obligó al cierre de la playa

Todo lo que la ría arrastróFoto: P. Civil de Getxo

Getxo

BIZKAIA lloró ante las peores inundaciones de su historia y todos los municipios sufrieron por una catástrofe que en la comarca de Eskuinaldea y Uribe Kosta fue menos agresiva. En Getxo, las consecuencias de aquella tragedia fueron que a las playas -principalmente a Ereaga- llegaron toneladas de porquería, de contenedores, árboles, bidones, algunos tóxicos? mientras que en Plentzia se tuvieron que cortar las conexiones con Mungia y gran parte de las embarcaciones que estaban en la ría desaparecieron. Fueron las dos localidades más afectadas de la zona por aquellas riadas.

"Al segundo día comenzaron a entrar en la playa de Ereaga muchos árboles, botellas, cajas? ¡de todo! incluso contenedores de las empresas de la Margen Izquierda y bidones de cianuro y de anhídrido, que al principio no sabíamos que eran de eso. Unos aparecían abiertos y otros cerrados. Nosotros contabilizamos 105, y a ellos hay que añadir los que se perdieron porque una de las empresas decía que tenía unos 250. Se acordonó la playa porque eran productos altamentes tóxicos", describe Iñaki González, actual técnico municipal de Protección Civil del Ayuntamiento de Getxo y que en 1983 era subjefe de Protección Civil. "Continúa diciendo como "en esos momentos no te proteges porque no piensas lo que te puede pasar o lo que puede haber. Mucha gente y voluntarios que vinieron a ayudar estaban con chanclas o descalzos".

Las dudas, la tensión, el temor ante lo que podían provocar esos bidones tóxicos estaban muy presentes. Se declaró zona peligrosa al arenal getxotarra, se restringió el acceso a ella y se cerraron los bares y restaurantes del lugar. El entonces alcalde, Juan Ramón Barquín, prohibió el baño en el resto de las playas. Las habladurías fueron tantas que hasta se extendió el rumor de que en los contenedores que llegaban hasta la arena había "pieles, joyas, cuadros y hasta guitarras eléctricas de última generación", comenta el técnico municipal. "Empezó a venir gente a curiosear. Entonces los contenedores que estaban cerrados se dejaban abiertos para que se viera que no tenían absolutamente nada de eso", añade.

28 días de limpieza Ereaga fue la receptora principal de todo lo que la ría arrastró. "Ni sé la cantidad de toneladas que se sacaron?. Porque se estuvo limpiando durante 28 días y aún quedaban restos", indica González. En la playa también aparecieron dos cadáveres, el de un hombre de 46 años y el de una señora de 72. Incluso una buena cantidad de cobalto-3 en Azkorri; se comprobó que no tenía radioactividad, pero aun así se desalojó el camping cercano.

El operativo entonces estuvo formado por la Federación de Salvamento y Socorrismo, Policía Local y Protección Civil, "que nació en el año 80, por lo tanto entonces aún era el embrión, y la Ertzaina, que también eran las primeras promociones", apunta González, que, asimismo, valora el papel de la gente voluntaria. "En circunstancias así, la población se vuelca y Getxo lo hizo". Numerosos vecinos acudieron como pudieron a Bilbao para prestar ayuda. Curiosamente el río Gobela en esa ocasión no se desbordó. Bastantes daños había causado seis años antes, en 1977, cuando Romo quedó prácticamente hundido. "Aquello es de lo peor que ha pasado con el Gobela en la historia porque se inundó todo Romo. Entero".

Luis Larrabaster, vecino de Plen-tzia, también admite que las inundaciones de 1977 fueron muy cruentas para la villa y los municipios del entorno, como Gorliz y Lemoiz. Afortunadamente, la riada de 1983 les afectó menos. "Recuerdo que la mitad de las embarcaciones que estaban en la ría desaparecieron y también que el puente, que entonces era de hormigón, se movía. A la Ribera llegó algo de agua, pero muy poco", rememora Larrabaster. Son los pasajes, las huellas de una catástrofe que pese a que ocurrió hace tres décadas sigue en la mente de Bizkaia entera.