Bilbao. El titular del gimnasio Fitness Place de Begoña explicó ayer las razones que han motivo el cierre definitivo del local el pasado 20 de octubre. Mientras que los usuarios del gimnasio ubicado en los bajos del hotel Holiday Inn siguen dando vueltas sin conseguir nada en limpio, el propietario del local, -Gestión Deportiva Aquafitnees- salía ayer al paso justificando la inesperada clausura del Fitnees Place por razones "ajenas al titular" y que han venido motivadas a "un enfrentamiento" con los propietarios del local.
En una nota remitida por su bufete de abogados, la dirección de Gestión deportivo Aquafitness S.L, titular del centro deportivo Fitness Place Sport, trata de explicar las razones que le ha llevado al cierre repentino del local deportivo que no "estaba previsto ni era previsible", concreta. "Habían cortado la luz y el agua caliente y no se podía dar un buen servicio a los clientes".
El titular del gimnasio afirma que la clausura del local viene motivada por una "contienda con la propietaria del complejo hotelero con la que tienen arrendado el local desde 2003 y con la que compartía el suministro de electricidad y de agua". La propietaria del hotel era la que debía mensualmente emitir las facturas al dueño del gimnasio con el coste de lo consumido. En su comunicado, la dirección del Fitness Place reconoce que dejaron de pagar las facturas porque solicitaron a los propietarios la presentación de "las facturas de suministros, así como que se le detallase el consumo de las mismas". Según justifican, ante la negativa de presentar lo requerido, decidieron no abonar las facturas. Por ello, los responsables del hotel les cortaron el agua caliente de forma intermitente desde el 12 de octubre, y de forma definitiva desde el 19 de octubre.
Por su parte, representantes del Holiday Inn se desmarcan de estas acusaciones. "Nosotros tenemos alquilado el hotel a los propietarios y nos encargamos de pagar lo que nos corresponde. Ellos deberían de pagar lo suyo", apuntan.
La dirección del Fitness Place asegura que se están realizando todas las gestiones que están en nuestra mano para minimizar el perjuicio causado a los usuarios".
Por su parte, los clientes, que se han quedado sin dinero y sin servicio, han perdido toda esperanza. "Ellos sabían que el negocio no funcionaba y seguían haciendo matrículas", apuntan. Aun así, siguen buscando una solución común.