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San Fausto recuerda al padre Zavala

La parroquia del barrio realiza una cuestación popular para pagar un busto en homenaje al jesuita

San Fausto recuerda al padre ZavalaParroquia San Fausto

Durango

Nació en Tolosa en 1931, pero pasó gran parte de su vida en Durango, municipio al que el padre Zavala llegó a principios de los años sesenta, y en el que murió en agosto de 2004. Durante todos esos años, la estancia en la villa durangarra de este jesuita no pasó desapercibida para nadie. Conocido por algunos como el cura de los ricos, para otros fue una figura fundamental en la recuperación del barrio de San Fausto, uno de los más castigados económica y socialmente en aquellos años en la localidad, así como en el trabajo a favor de la recuperación de la historia y tradiciones del municipio. De hecho, a él se le deben más de una treintena de publicaciones sobre Durango; la reconstrucción de la ermita de San Pedro de Tabira, una de las más antiguas de Bizkaia; de oficiar las primeras comuniones en la iglesia de San Fausto, parroquia en cuya compra y construcción -sobre la ermita ya existente- participó activamente, o de la recuperación, en 1984, de la procesión del silencio, desaparecida en el año 75, entre otros.

Por todo ello, desde la parroquia de San Fausto han visto ahora el momento de rendir un homenaje a su persona y a su trabajo. Para ello, han puesto en marcha una cuestación popular, con el objetivo de recaudar fondos para la financiación de un busto con su imagen, encargado al escultor cordobés Enrique Ruiz Flores. Al frente de la iniciativa se encuentra el actual párroco de San Fausto, Iñaki Loinaz, a quien le unió una gran amistad con el padre Zavala desde que era un niño, llegando incluso a ser uno de sus monaguillos. "Fue un hombre que supo estar con todo el mundo, que no hizo distinciones. Gracias a él, los vecinos de San Fausto tomaron conciencia como barrio y también de que la de San Fausto era su parroquia", apunta Loinaz.

Participación A la espera de que el busto llegue a Durango, que será hacia la primavera, la iniciativa parece contar con el beneplácito de los vecinos del barrio, ya que son muchos los que se han volcado con el proyecto de diferentes formas. Así, los hay quienes se están acercando personalmente hasta la parroquia de San Fausto para depositar su donativo en la hucha que han dispuesto para tal fin, mientras que otros han optado por instalar sus propios cepillos recaudativos. "Hay vecinos del barrio con tiendas que han puesto en ellas huchas por su cuenta para, de ese modo, contribuir a esta recogida de fondos", señala el párroco de San Fausto.

Quienes conocieron de cerca al jesuita destacan, sobre todo, su faceta humana y social, así como su modo de actuar, que no siempre fue bien recibido. "El padre Zavala no era un cura diocesano, sino que perteneció a una orden religiosa. De ahí que su forma de llevar la parroquia fuera diferente a las que había alrededor, y eso creó discrepancias", destaca el párroco.

No obstante, Loinaz le define como "una persona cercana, muy de casa", una opinión, sin duda, compartida por todos aquellos que, en la medida de sus posibilidades, están participando en este proyecto que hará posible el retorno del padre Zavala al barrio y a la parroquia a la que dedicó buena parte de su vida, pero esta vez para quedarse. "Antes que el padre Zavala vinieron otros, como el padre Suárez y el padre Beltrán, pero él, con la ayuda del antiguo sacristán Ortiz de Zárate, vio la situación de conflicto y exclusión social que existía en el barrio y se volcó en él. Por este motivo, creemos que es hora de tener un merecido recuerdo hacia su persona", concluye quien actualmente es el cura de San Fausto.

Desde la parroquia, también han habilitado un número de cuenta en Bankia (2077 1271 27 1100289400), para que puedan realizar sus ingresos todos aquellos que quieran colaborar con esta iniciativa.