Bilbao. Los nervios evitaron que muchos niños pudieran conciliar el sueño en Nochebuena. También fueron los nervios de los hijos los que recompensaron a los padres con un bonito madrugón en la mañana de Navidad. Y es que, Olentzero no se hizo de rogar y como cada año visitó todos y cada uno de los hogares vizcainos con su saco lleno de regalos. Además de con multitud de regalos, Olentzero obsequió a niños y mayores con un espléndido día. Ayer los más pequeños pudieron hacer gala de las adquisiciones que el carbonero dejó para ellos tras una noche de mucho trabajo, nervios y poco dormir. Así, las calles del territorio se llenaron de los últimos modelos en bicicletas, patinetes y patines con sus correspondientes cascos y protecciones, muñecas con nuevos accesorios y coches teledirigidos. En casa esperaban también los juegos de mesa con los que garantizar la diversión y el entretenimiento en familia en esos días fríos y lluviosos de invierno.
Cuando los primeros rayos de sol asomaban por las ventanas de los hogares vizcainos, los txikis de la casa ya estaban despiertos. Ansiosos, Izaro y Mikel fueron corriendo a despertar a sus aitas. "¡Ha venido! ¡Ha venido!", grita la pequeña de cuatro años. "¿Quien?", preguntan ingenuos sus aitas. "Olentzero, ¿quien va ha ser?", responde rápido Mikel de ocho años.
La espera se hizo larga, pero al fin, Olentzero llegó. "Ha tenido que entrar muy rápido en casa, porque me he pasado la noche despierto y no le he oído", explica Mikel a su ama mientras tira de ella hacia el salón. Al girar el pasillo... "!hala, Mira cuantos regalos!", gritan los pequeños entusiasmados.
Entonces, comenzó la vorágine. Los niños, eufóricos comienzan a desembalar paquetes y cajas, el papel de regalo vuela mientras aparecen los juegos y los muñecos. "¡Qué chulo! ama es una máquina para hacer trenzas a la muñeca", dice la pequeña. "Sí. Para poner guapa a la Nancy", responde la madre mientras sigue sus pasos tratando, con un escaso éxito, de poner un poco de orden en la casa.
Regalos de todos y para todos Comienza la selección: papel, plástico, cartón... cada cual por separado. Y es que, la llegada de Olentzero no debe estar reñida con el cuidado del medio ambiente. El entrañable carbonero, que es un hombre muy ocupado, más si cabe en Nochebuena, tira de ingenio para ahorrarse viajes. Así los pequeños disfrutan en casa de los regalos que Olentzero ha dejado en las viviendas de sus familiares. "Este lo ha dejado en casa de izeko. Y este en la de amama y aitite", van enumerando los padres, mientras los niños descubren juegos con los más curiosos nombres. Cara VS Culo; Prueba o verdad, diversión sin vergüenza; Beyblade Extreme top system son algunos de los ejemplos. Tras el revuelo de los peques y mientras comienzan a inspeccionar los nuevos juguetes llega el turno de los mayores, para quienes Olentzero también se guardó un detalle. "¡Para mi un MP4", dice el aita, "pues a mi me a traído una cámara de fotos", responde la ama.