Barakaldo
EL cante jondo no se escuchaba en Bilbao hace años. Al menos no en un local de ocio y de manera tan regular. Y es que el territorio ha contado con varios establecimientos en la capital que ofertaban flamenco pero que desaparecieron, el último de ellos hace alrededor de cinco años. El Cortijo, de Barakaldo, se convierte así en el único restaurante vizcaino con tablao flamenco; un local que devuelve el cajón flamenco, el zapateo, el palmeo y los cantaores al territorio.
Por raro que parezca, el espectáculo de flamenco es uno de los entretenimientos que también demandan los turistas al aterrizar en Bizkaia. Pero los operadores turísticos no lo tienen fácil a la hora de encontrar un local en el que, además de una buena cena, se puedan escuchar bulerías. "Muchas veces lo más fácil es contratar a los artistas y llevar el espectáculo al lugar donde vayan a cenar, para que lo tengan todo junto", explican desde la empresa Bilbao, paso a paso.
tablaos Sin embargo, no hace tanto tiempo, la capital respiraba el flamenco cada fin de semana en el tablao flamenco La Cantora, de la calle Henao, que cerró hace unos cinco años. Sus actuaciones en directo alargaban las noches de baile hasta altas horas de la madrugada. Pero su música se apagó y nadie había tomado el relevo hasta ahora, en Barakaldo. Muchos años antes, otro local bilbaino se erigía como lugar de referencia para los seguidores de cantaores y bailaoras: el Yunque. Con la referencia de uno de los grandes del flamenco como nombre -Ricardo Losada-, este local atraía a decenas de personas cada semana. Pero también apagó la luz, hace más de cuarenta años. A pesar de todo, el flamenco nunca ha dejado de estar presente en el territorio.
Bilbao y Barakaldo, por ejemplo, programa diferentes actividades en homenaje a este arte. El teatro de la localidad fabril comienza siempre el año con los Viernes flamencos, en los que durante seis fines de semana los cantaores y bailaores invaden el escenario. Bilbao, además, programa desde el año 2006 el ciclo Una ría con duende, donde se organizan actuaciones y talleres centrados en este arte. Ahora, los cantaores han encontrado un nuevo escenario; un cortijo flamenco en el centro de Barakaldo.