"Lo comeré en familia. Y un trozo, para que lo huelan los clientes"

gernika-lumo. El nombre propio de la jornada festiva de ayer fue Javier Ormaetxea. O el restaurante Katxi. Ellos se llevaron el medio queso ganador en una puja que alcanzó los 6.200 euros y quedó algo lejos de los 7.700 euros del año pasado.

Hoy parece que no había muchas ganas de pujar.

No estaba caliente el dinero. Era previsible que el precio fuera a la baja.

¿Ha estado nervioso pensando en que le irían a quitar el queso?

Nada. Sabía hasta dónde estaba dispuesto a llegar y una vez de superada esa cantidad, lo hubiera dejado.

¿Hasta cuánto estaba dispuesto a elevar su apuesta?

Más o menos lo que he pagado: 6.200 o 6.300 euros. Ya casi había llegado a mi límite.

¿Qué supone para usted adquirir el queso ganador del concurso?

Vengo todos los años y es la tercera vez que me llevo el queso ganador. Además de la publicidad que reporta, es un beneficio para la Residencia Calzada, a la que se destina el dinero de la subasta. Pronto nosotros también iremos allí?

¿Merece pagar tanto por un queso que en el puesto se vendía a 19 euros el kilo?

Es mucho lo que se paga, sí. La verdad es que no es que lo merezca tanto. Por una parte lo hacemos por publicidad, todos lo hacemos, y por el destino que se da al dinero. Hace falta un estímulo para atraer a la gente al restaurante porque ha bajado mucho la asistencia.

¿Con quién se lo va a comer?

Lo haré con la familia. Igual dejaré un trocito en el restaurante pero solo para que lo huelan los clientes.

Tendrá que comprar más a Jesús Mari, para que le cunda más.

¿Por qué no? Ya hemos quedado en hablar. Ya veremos cuántos se pueden comprar, aunque eso es cosa de mi mujer y de mi hermano, que son los encargados de los fogones y ellos decidirán?

Dará reparo comer un queso por el que se ha pagado tanto.

Habrá que saborearlo, la pena es el bolsillo. Pero es por una buena causa y nos quedaremos con eso. El año que viene también estaremos aquí.