En un arrebato, en uno de esos días donde la imaginación coge el punto de ebullición de la fiebre, nació la sociedad secreta del pepino y la rosa. Y de su mano, la organización de la que probablemente sea la fiesta más singular de cuantas se celebran en la villa: el Ridiculus Monday. Tan extravagante cita vivió ayer una nueva edición en el pub Residence, donde Manu Iturregi hace del arte de beber todo un tratado. Ése es el local donde acostumbran a reunirse, invocados por la casa de ginebras Hendrick's, los integrantes de esta divertida logia, muy alejados de los rosacruces, los tétricos e influyentes miembros del club Bilderberg, o los seguidores del Círculo Negro, la society secret que ha gobernado México con la mano de hierro del Pri durante casi medio siglo.

La crónica que hoy nos ocupa no resuelve ninguno de estos misterios ni ofrece el conjuro mágico que resuelva arcano alguno. Viene a contar que, en sintonía con esta fecha, se ha grabado en el local un videoclip del grupo Maha (Nerea Alberdi, David Sánchez, Daniel González, Patxi López Monasterio -"por favor, cíteme con dos apellidos para evitar horrendas confusiones..."- y John Boldnan al aparato...), sumergido en la música y la estética de los años cuarenta (Rhythm & Blues, soul, mambo y melodías así...), con la idea de recordar a los viejos buhoneros de feria que vendían crecepelos y curapupas. La idea era alternar esas imágenes con otras de exterior, pero la aparición de los inoportunos chaparrones de media tarde lo emborronó todo. Aún así, la aparición del grupo, los malabares de Santi Sos y el Circo Tres, el velocípedo de Jon Bilbao, el abracadabra del mago David Martín, los helados de gintonic de Hendrick's con pepino y rosas elaborados por Gino y Diego Gugliemi o los cócteles bien tirados por Marco Calaza, Brand Ambassador de la marca de ginebras capaz de preparar un ponche de frutas de la pasión y otras delicias semejantes, dieron a la tarde un aspecto fabuloso, como de circo de tres pistas donde aparece, junto al tigre de dos cabezas y el hombre más alto del mundo, la silueta de la mujer barbuda.

A este encuentro singular con la magia de la imaginación acudieron, vestidos de época en su mayoría, entre otros, Michel Gasco, Seve Acosta, Isabel García, Sabino Zelaia, Libe Maguregi, Alberto Todeschini, Oxel Bastegieta, Pedro Marcos, Lorea Bilbao, Maite Corriño, Iurdana y Matxalen Acasuso, Faustine Charlet, Gorka García, Mikel Azkargorta, Jon Aretxederra, Nagore de las Heras, Jon Ander Belamendia, Izaskun Amorrortu, Nerea Escalza, Miren Bilbao y un buen número de amigos de un local donde la música en directo (¡oh, bendición de las bendiciones!, en un tiempo donde tanto y tanto se sirve enlatado...) y las copas procesionan en alegre compañía. Fue, ya digo, la recreación de un divertido y estrafalario universo, de un mundo donde todo es posible.