Basauri
EN una época en la que comerse un par de pintxos o una ración de rabas puede convertirse en una afición exclusiva de las rentas más altas, hay un bar en Basauri que apuesta por que todo el mundo disfrute de un delicioso bocado sin dejar vacíos los bolsillos. Se llama Orbaneja y está ubicado en el Kalero, un populoso barrio de Basauri de marcado carácter obrero que poco a poco va recuperando la tradición de salir de bares para algo más que tomarse un tinto. A la cabeza de esta vuelta a la calle se encuentra César Hervás y su familia, regentes de este establecimiento hostelero de poco más de diez metros cuadrados pero con una barra de pintxos pagables por sus vecinos.
A demostrar que el precio de las viandas no esta reñido con la calidad del producto final, al Orbaneja le han ayudado los tres premios que ha ganado en las cuatro ediciones del campeonato de pintxos de Euskal Herria -ahora llamado Campeonato de Euskadi de Pintxos Euskadi-Saboréala- a las que se ha presentado. La última se ha celebrado esta semana y, aunque el vencedor ha sido el cocinero alavés Iñaki Rodríguez el Rodaballo, la familia Hervás ha regresado con el galardón al mejor pintxo tradicional debajo del brazo.
El culpable de tan grata sorpresa ha sido una copa servida con txipirón a la plancha relleno de setas y langostinos, un pintxo "sencillo" alejado de los productos "de lujo" que muchos participantes a este tipo de certámenes utilizan para tratar de erigirse como ganador. "No por gastar mucho en ingredientes te vas a llevar un premio", da fe el creador del bocado que ya puede degustarse en su bar de Basauri a dos euros.
"El pintxo valía 1,75, pero lo hemos subido un poco porque hemos comprado un chipirón de mejor calidad para la ocasión", explica el chef. "Porque esa es otra, muchos cocineros hacen los pintxos para el concurso pero luego no los sirven en su bar, entre otras cosas, porque serían demasiado caros para la gente. He visto hacer pintxos incluso de un atún rojo que ni sé lo que cuesta", explica César.
Es por este motivo que los dueños del Orbaneja están tan orgullosos cada vez que regresan al pueblo con un galardón todavía caliente. Porque "no es lo mismo" presentarse a un concurso teniendo un bar en el Puerto Viejo de Algorta o en el centro de Donostia que en un barrio de Basauri, que tiene que vérselas con una crisis que está afectando "y mucho" a sus clientes y, por consiguiente, a las ventas. De hecho, Hervás lleva años viendo cómo la zona en la que se encuentra su local llegaba justita a fin de mes. Por eso, de un tiempo a esta parte, el Orbaneja se ha unido a otros bares del barrio para organizar rutas de pintxos, sortear premios entre los clientes o abaratar los precios.
Este trabajo por mantener abierto el bar no ha impedido que el chef siga presentándose a todo concurso que se le ponga por delante sin ningún complejo. Los resultados obtenidos avalan este empeño que dota de un sello de calidad al trabajo de todos los bares de Basauri. Así, solo en este concurso de pintxos de Euskal Herria que se celebra de forma anual en Hondarribia, ha logrado otros dos premios además del conseguido este año.
Otros premios Los otros dos galardones fueron otorgados al mejor pintxo vasco que entregaba la fundación Kalitatea. El primero se lo llevó en 2008 por un huevo escalfado relleno de foie y hongos con el que también logró la txapela de plata del campeonato de Bizkaia. El segundo lo logró en 2009 por un pimiento de Gernika relleno de percebe y langostino. No obstante, y a pesar de que los dos lograron el reconocimiento del jurado, de cara al público no tuvieron la misma suerte. Así, el pintxo de pimiento tuvo que ser descatalogado de la lista de bocados que pueblan la barra del Orbaneja cuando uno de sus ingredientes, el percebe, "se puso por las nubes". "Iba a resultar muy caro por lo que lo eliminamos; lo contrario que con el del huevo, que dos años después sigue batiendo récords", avanza César.
Y es que ese pequeño manjar, bautizado por su hija Ainize -encargada de su elaboración en la cocina del Orbaneja junto a su hermano Gorka y su madre Elisa- como los huevos de César, no cansa a los clientes, que en un solo fin de semana pueden llegar a comerse 150 raciones de este vicio confesable.
Abaratar precios Ahora, días después de su nueva victoria, la familia Hervás tiene ya dos proyectos en la mente: presentarse al concurso de pintxos del Estado que se celebra en Valladolid en noviembre, para el que ya han presentado credenciales, y seguir despachando sus tesoros detrás de la barra de su bar. Para ello, se han confirmado como parte importante dentro de la última iniciativa puesta en marcha por los bares del barrio como el Toisón de Oro o el Cruce. Se trata de una nueva campaña que consiste en rebajar los precios de las consumiciones todos los viernes a partir de las 19.00 horas.
Esta promoción, que estará vigente hasta el 27 de julio de 2012, repartirá miles de pintxos acompañados de su pote correspondiente por euro y medio. Además, cada bar integrado en la iniciativa entregará al comensal de turno una cartilla que deberá rellenar con 18 sellos que obtendrá cada vez que ingiera un bocado.
Entre las tarjetas completadas al fin de la promoción se sortearán una botella de vino, dos circuitos termales, una cesta de Navidad y un viaje al Caribe.