Barakaldo. La encuesta sobre intención de voto en el municipio de Barakaldo elaborada por Gizaker que publicó ayer DEIA ha puesto negro sobre blanco que si el PSE quiere conformar un gobierno con mayoría tras las elecciones municipales no va a tener más remedio que pactar con el PP. Este pacto, que sostiene actualmente a Patxi López al frente del Gobierno vasco, no es nuevo en la localidad fabril. En la legislatura 2003-2007 hubo acuerdo entre ambas formaciones para conformar el equipo de gobierno, por eso el PNV tiene claro que si se repite la oportunidad, ambos partidos volverán a unirse en equipo de gobierno.

La candidata jeltzale a la alcaldía, Amaia del Campo, se mostró ayer convencida de que "si les dan los votos, el PSE y el PP se van a unir" en la localidad fabril "como en otros municipios". El sondeo otorga diez concejales al grupo socialista, que sumados a los cuatro de los populares, permitiría gobernar a Tontxu Rodríguez con tranquilidad otros cuatro años en un ayuntamiento donde la mayoría absoluta está en los trece corporativos.

Para Amaia del Campo, este pacto, el cual es rechazado por uno de cada dos baracaldeses sería negativo. Para razonarlo se remite a la pasada legislatura, cuando esta coalición tomó decisiones como incrementar "el impuesto de la plusvalía un 500%", una medida que afectó a unas 2.500 familias y supuso el cobro extra de 6,5 millones de euros a los contribuyentes, aunque el PP rectificó posteriormente y se posicionó a favor de devolver el dinero, como hizo el PNV.

Malas consecuencias "Este pacto es conocido en Barakaldo y con malas consecuencias para nuestros vecinos, como podemos comprobar", subrayó la portavoz nacionalista, quien valoró de forma positiva el incremento de votos de su partido, que se traduciría en la consecución de entre uno y dos concejales más. "Son unos datos ilusionantes y nos indican que estamos recuperando la confianza ciudadana", agregó la concejala, la cual atribuyó esta mejora a "la nueva forma de hacer política del PNV en Barakaldo, más cercana al vecino".

Por su parte, la candidata del PP, Amaya Fernández, indicó ayer que si un partido ha llegado a acuerdos con el PSE en Barakaldo en esta legislatura ese ha sido el PNV, "que ha facilitado la aprobación del presupuesto varios años", una postura que en su opinión choca con las fuertes "divergencias" que los populares han mantenido con los socialistas, sobre todo en materia económica. Por eso Fernández cree que si hay que hablar de pactos, se deben tener en cuenta estos antecedentes.

El sondeo concede cuatro concejales al PP, los mismo que tiene hoy, pero su líder en Barakaldo se muestra "muy optimista" porque "las encuestas vaticinan unos resultados al PP inferiores" a los reales por el "voto oculto". De ahí que Amaya Fernández tenga muy claro que van a mejorar los resultados de 2007 y van a obtener entre cinco y seis representantes, una situación que "abriría un nuevo escenario político" en la segunda urbe de Bizkaia.

Una de las incógnitas que quedan por resolver en la localidad es si podrá presentarse la izquierda abertzale a los comicios y de qué forma. Mientras se despejan las dudas, Txiki Castaños, concejal de ilegalizada Acción Nacionalista Vasca, ve con fuerza a este sector para retener los casi 5.000 votos que tuvo hace cuatro años e incluso superar esta barrera, lo que les permitiría mantener los tres ediles que tienen ahora mismo en la corporación. Sobre los resultados del PSE, cree que "perderá votantes por la situación general" y a pesar de que "está realizando una campaña fuerte de propaganda".

Mensaje social El Partido Social y Vasco, sin haber comenzado a hacer campaña aún en Barakaldo, podría sacar un concejal, un apoyo que achaca a su mensaje social en la comarca vizcaina donde la crisis está golpeando más fuerte. Ezker Batua, en su análisis, confía en captar una parte de la bolsa de votantes desencantados del PSE para mantener su representación actual e incluso pelear por un tercer concejal. Los socialistas han declinado realizar valoraciones sobre los resultados de la encuesta.