bilbao. El PSE ha culminado su limpia de cargos nacionalistas en el transporte de Bizkaia con el cese fulminante de Rafael Sarria. En febrero fue la destitución del diputado general, José Luis Bilbao, como presidente de Metro Bilbao, y su sustitución por el viceconsejero de Transportes, Ernesto Gasco. Meses después, en junio, Juan Cruz Nieves era cesado como director gerente del Consorcio de Transportes de Bizkaia (CTB). El siguiente capítulo se vivió en julio con la salida del diputado general de su cargo como presidente del CTB. Y el último hachazo socialista llegó ayer con el despido fulminante del director gerente de Metro Bilbao, Rafael Sarria.

Con esta decisión, el Gobierno de Patxi López se deshace de todos los altos cargos nombrados por el PNV tanto en el metro de Bilbao como en el Consorcio de Transportes de Bizkaia y rompe con el acuerdo al que ambas fuerzas políticas habían llegado al inicio de la presente legislatura en materia de transporte.

Mediante esa entente, el PSE creó un nuevo cargo en la dirección de Metro Bilbao, el de consejero delegado que ostenta Iñaki Prego, el cual lleva las riendas ejecutivas de este transporte público. Por debajo del mismo en el escalafón quedaba Rafael Sarria, cabeza principal de Metro Bilbao hasta entonces, en su cargo de director gerente. Como contrapartida, en el Consorcio de Transportes, Juan Cruz Nieves, el director gerente de la entidad desde hace seis años, seguía como responsable ayudado en su labor por un nuevo asesor, Vidal Martínez, nombrado por el Gobierno López. Este acuerdo ha sido dinamitado totalmente tras el cese de Sarria notificado ayer. Una noticia que fue recibida por el afectado directamente de boca del consejero delegado, Iñaki Prego, que suspendió sus vacaciones para notificarle el despido. Según ha podido saber DEIA, Prego le citó a una reunión a las 12.30 horas en la que le informó de su despido; una decisión, que según le explicó, fue tomada por el último consejo de gobierno del Ejecutivo López. Sin embargo, este dato parece no ceñirse a la realidad.

Por una parte, la última reunión en Gasteiz tuvo lugar el día 27 de julio y en la lista de acuerdos no se hace referencia al mismo. Por otra, la decisión del cese o nombramiento de este cargo tiene que ser tomada no por el Ejecutivo vasco sino por el consejo general del CTB constituido como consejo de administración de Metro Bilbao, que ostenta mayoría socialista y en el que están representados el Gobierno vasco y la Diputación de Bizkaia.

En este sentido, el despido de Sarria tampoco se tomó en el último consejo de este órgano, celebrado el 23 de julio, y en el que, curiosamente, Sarria también es consejero. Según algunas fuentes, todo apunta a que la notifcación de ayer podría no ser legal ni definitiva, ya que, para ratificar este cese, habría que esperar a que el órgano decisorio volviese a reunirse.

100.000 euros de finiquito Según ha podido saber este periódico, en el encuentro de ayer Iñaki Prego llegó a poner a Sarria sobre la mesa el finiquito de su contrato, por un montante de 100.000 euros. Sin embargo, Rafael Sarria se negó a firmarlo a la espera de reunirse con sus representantes legales.

El contrato firmado por el director gerente en 2006 es de los considerados de alta dirección, fuera del convenio laboral, y tiene un carácter blindado. Es por ello que, en caso de materializarse el anunciado cese, las arcas de Metro Bilbao se verán castigadas con un desembolso importante de dinero originado por una decisión política. Y es que la razón aducida por el consejero delegado para el despido ha sido la pérdida de confianza en su trabajo. Un hecho cuanto menos curioso, ya que cuando Prego fue nombrado consejero delegado, el pasado febrero, Sarria fue ratificado en su cargo de gerente también por los consejeros socialistas.

Con esta situación, y al considerar que la comunicación de su cese no ha seguido los cauces legales, ya que no ha sido tomada por el órgano competente, Rafael Sarria seguirá acudiendo hoy y los próximos días a su despacho de la sede de Metro Bilbao para realizar su trabajo, según ha podido saber DEIA en fuentes cercanas al todavía director gerente de Metro Bilbao.

La última decisión tomada por el viceconsejero de Obras Públicas y Transportes y presidente de Metro Bilbao, Ernesto Gasco, ha vuelto a encender los ánimos en la Diputación, entidad que financia junto con el Gobierno la construcción y el funcionamiento del suburbano.

Fuentes consultadas en el ente foral destacaron que "este cese, una purga y una operación de castigo al PNV, rompe de manera unilateral el acuerdo al que se había llegado con el PSE al inicio de la legislatura y borra todo rastro nacionalista de los puestos directivos del transporte en Bizkaia". El acuerdo ya se tambaleó entre febrero y mayo, cuando el Gobierno vasco y la Diputación se enzarzaron en una agria polémica por los presupuestos del CTB. Aquellas acusaciones y posicionamientos se minimizaron tras un apretón de manos entre el diputado general, José Luis Bilbao, y el consejero de Obras Públicas y Transportes, Iñaki Arriola.

Fue un espejismo. Las actuaciones del Gobierno López posteriores pulverizaron ese acuerdo. La decisión de no iniciar las obras de soterramiento previstas en Urduliz, la pretensión de llevar el metro a Castro Urdiales antes de cerrar el mapa ferroviario en Bizkaia, la intención de cobrar a los vecinos de Mamariga por el uso del acceso del suburbano hasta la estación central de Santurtzi, el recorte del trazado de la línea 5 a Galdakao, la destitución del director gerente del CTB a propuesta de los consejeros socialistas, y ahora la misma maniobra con Rafael Sarria son agravios que el PNV mantiene en su memoria.