Hay quien piensa que el precio de una botella de vino está por las nubes y quien siente que esa misma botella, si te la bebes, te sube a la cabeza. También son multitud quienes entienden que un buen caldo te lleva a la gloria -que según una imaginaria geografía, está en las alturas...- y quienes consideran que hoy en día se cantan demasiado alto las bondades del beber de calidad. Los santos bebedores acostumbran a repetir la oración del Vino nuestro que estás en los cielos... y jamás, bajo ninguna circunstancia, bautizan sus copas. Saben que el agua tiene sobre el nieto de la vid el mismo efecto que el ajo sobre los vampiros.
¿En qué quedamos? ¿Existen, entonces, vinos de altos vuelos...? Alguno habrá, cuando al agua la bendicen y al vino lo consagran. Claro que elevar al vino a los altares corre el riesgo de entrar en colisión con esa vieja canción castellana que dice Vino de las dulces matas... ¡tú que me haces andar a gatas! En fin, que cada uno se lo tome como quiera. Acaba de celebrarse en la terraza del hotel Domine, una atalaya barnizada en glamour, una exhibición de vinos que duermen el sueño de los justos en la vinoteca de Manu Martín, allá en Juan de Ajuriaguerra. Custodia el apreciado enólogo joyas dignas de estuche de terciopelo. De esa tesoro tricolor (tinto, blanco y rosado...) acaba de mostrar una selección, extraída de las bodegas que representa, veinticuatro en total, y los vinos que distribuye, medio centenar. Rioja Alta y Alavesa; Ribera del Duero y el Bierzo; Bizkaiako Txakolina, Jumuilla, Méntrida, Navarra, Toro, Manchuela, Rueda, Rías Baixas, Priorato y diversas regiones del champán, he ahí la geografía propuesta por Manu, un paseo entre viñedos -todas las bodegas presentes, ése era requisito de la convocatoria, tienen el suyo propio...- y sabores agraciados y dispares.
Participaron en esa visita perfumada de uva los cocineros Álvaro Garrido e Iñigo Ordorika, prestos ambos a conquistar Nueva York con la cocina vizcaina, Nagore Bengoetxea, Marta Palacio, Noelia Serna, Jon Alastra, Tori Martín, José Vadillo, Amaia del Cid, Íñigo Elexpuru, Manu Iturregui, emisario del pub Residence; Javier Aberasturi, Manel Plá, Antonio Aravaca; quien fuera directivo del Athletic, José Luis Bilbao, acompañada por Javier Gamboa y Miguel Ángel Tercilla, Karlos Alzola, Ismael Iturri, Joserra Otaolaurrutxi, Iratxe de Madariaga, Antonio Casares, aprendiz de brujo junto a Martín Berasategi en Lasarte; Jordi Flas, Enrique Ortiz, Enrique Martín, Pilar Ramírez, Enrique Pardo, Gorka Elgar, Mónica Asotegui, Roberto Zurro, Miren Josune Arrazola, Javier Esteban, Koldo Macías, Luis Esteban, Mercedes García, Rosa Crespo, Miguel Ángel Fernández, Roberto Frías, Txema García, las hermanas Marina y Marian Sotelo, Eva Penas, Víctor Bodeguero, Juanjo Alonso, Susana Cerrato, Ana Ruiz de Azúa, Íñigo Redondo, Miguel Ángel Pérez, Pablo Miranda, Judith Rojas, José Rivadulla, el doctor Juan Mari Irigoyen, Juan Ormazabal; Mikel Zeberio, merodeando ente un mar de botellas en busca de una con mensaje, Aitor Bikandi, Asier Odriozola, Miguel Idigoras, Aintzane Belaustegi, Jaime Fernández, Gonzalo Agirregomezkorta, Mikel Aiestaran; el propio director del hotel Domine, Javier Campuzano; Carlos Basterretxea, en nombre de DEIA; Alicia Pascual y un buen número de invitados que disfrutaron de una tarde marcada por la variedad de raíces, el buen gusto en la copa, el mestizaje de sabores y la convicción absoluta de que el buen vino no tiene patria. Nace en cualquier tierra que esté capacitada para darle a luz.