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Bilbao está de moda: "Nos habían recomendado venir, pero ha superado todas nuestras expectativas"

El buen tiempo y el puente de la Inmaculada han propiciado que miles de personas hayan elegido Bilbao para pasar unos días

En imágenes: Bilbao está de moda: el buen tiempo atrae a miles de visitantes en el puente de diciembreJosé Mari Martínez

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Hace tiempo que Bilbao dejó de recibir turistas solo en épocas señaladas como Semana Santa o verano. Ahora la capital vizcaina recibe visitantes durante todo el año y prueba de ello es la imagen que han presentado sus calles durante este puente de la Inmaculada. Además, las cálidas temperaturas de estos días han invitado a salir a la calle y disfrutar de la ciudad y todo lo que esta ofrece sobre todo en estas fechas cuando la Navidad está a la vuelta de la esquina.

Con los comercios cerrados en este lunes festivo, los mercadillos navideños de laPlaza Intermodaly el Parque de Doña Casilda han sido los lugares más frecuentados por turistas y locales para llevarse un recuerdo o adelantar algún regalo. En el ubicado frente al Palacio Euskalduna esta mañana era difícil asomarse a alguna de las casetas por la cantidad de gente que se movía en círculo pasando de puesto en puesto como si de una procesión se tratase.

“Sabíamos que había un par de mercados navideños en Bilbao y aprovechando el buen día que hace, nos hemos acercado a este que está muy bonito”, contaba Ana Martínez, de Madrid que, junto a su pareja, había elegido Bilbao para pasar el puente de diciembre. 

El mercadillo del Parque de Doña Casilda, inaugurado este pasado viernes 5 de diciembre, permanecerá abierto hasta el próximo 5 de enero y en sus primeros días ha sido todo un éxito, en parte por el cambio de ubicación. "Siempre solemos venir a este mercadillo que antes estaba en la zona de El Arenal. La verdad es que nos gusta más esta ubicación, nos pilla mejor", apuntaban Miriam García e Irene Pérez, madre e hija.

Por su parte, algunos comerciantes también reconocen que el cambio de zona está influyendo positivamente en sus ventas. Luis Muñoz, de la cafetería Bilbo Dulce y Salado ubicada en el Casco Viejo, asegura que en su caso han incrementado las ventas en un 30%. "En el puente de la Inmaculada este mercado siempre ha tenido mucha gente y con esta nueva ubicación más aún", afirmaba.

Susana, del espacio de creación Nahiarte que forma a personas con discapacidad, coincide en que estos días ha acudido mucha gente. "No sé si ha sido por el puente o por el buen tiempo, pero está a tope. La gente va haciendo el recorrido por todos los puestos".

El Guggenheim, favorito

Pero sin duda, el lugar favorito de los visitantes sigue siendo el Museo Guggenheim. Este lunes festivo la explanada presentaba una imagen más propia del mes de agosto, sobre todo por el cielo azul y las cálidas temperaturas. Frente a Puppy, los turistas se amontonaban para conseguir la mejor foto. "Es la primera vez que venimos a Bilbao y nos habían hablado muy bien, pero ha superado todas las expectativas. Nos está encantando, sobre todo la comida", aseguraban Óscar Gil y Elena de la Hoz, un matrimonio de Toledo.

Además, a muchos de estos visitantes la muerte del arquitecto Frank Gehry les pilló en Bilbao, lo que les ha animado más si cabe a visitar el museo. "Habíamos escuchado mucho hablar del Guggenheim y cuando llegamos el viernes nos enteramos de que había fallecido Gehry. Ya teníamos pensado visitar el museo, pero ahora con más motivo", explicaban María cruz y Santiago Hernández, una familia de México que, después de visitar Madrid y Barcelona, habían elegido la villa para pasar unos días.

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Por su parte, bilbainos y bilbainas también han aprovechado el puente para volver al Guggenheim. "Somos de aquí de Bilbo y hace tiempo que no veníamos al Guggen, pero cuando nos enteramos de la muerte de Frank Gehry nos pareció el momento perfecto para repetir", apuntaban los bilbainos Mikel García e Idoia López.

Está claro que Bilbao está de moda y cada vez más. Lo que antes iba por temporadas, ahora se ha convertido en habitual y en la capital vizcaina hace tiempo que turistas y locales conviven durante todo el año siendo la villa un lugar cada vez más frecuentado.