Jon Azua, quien fuera vicelehendakari y consejero de Industria del Gobierno Ardanza, es también uno de los padres del museo bilbaino. Azua es desde hace años también el delegado vasco en el Patronato de Nueva York, el hombre que vela por los intereses de las instituciones vascas en Manhattan.  

Recuerda que su primer contacto con Gehry fue cuando se estaba perfilando el propio museo y cuando se decidió que "el arquitecto indicado para llevarlo adelante sería Frank. Él comenzó a hacer sus primeros viajes a Bilbao para conocer el sitio; en aquella época, con un clima muy negativo para llevar a cabo un proyecto de estas características, en términos de ubicación física se proponía la Alhondiga. Frank dijo que ese sitio no era para el proyecto que se pretendía, o hacía algo innovador para Bilbao o no le interesaba.A partir de ahí, tuve contacto con él, evidentemente, las relaciones más directas siempre las tuvo Juan Ignacio Vidarte”

Recuerda Jon Azua que en aquel momento, “aparte de criticar en Bilbao la decisión de ubicar en Bilbao un Guggenheim, cuando vieron las imágenes de su proyecto hubo muchas voces cualificadas que decían que era inconstruible. Las críticas se las transmitimos al propio Frank, que lógicamente se enfadó y dijo que los que estaban en contra del proyecto apostaban por una arquitectura tradicional, pero él con la tecnología de software Katia era capaz de hacerlo de la manera que estaba proyectado. Y, efectivamente, así fue y gracias a que en el Gobierno hubo confianza absoluta hoy podemos ver la maravillosa obra de Frank”.