Convertir Bilbao en una auténtica ciudad universitaria y del conocimiento. Con este propósito llegó el regidor Juan Mari Aburto a la alcaldía de Bilbao hace diez años. Desde entonces, Digipen, el Centro Superior de Diseño Kunsthal y Mondragon Unibertsitatea han abierto sus puertas en Zorrotzaurre, mientras que la nueva Facultad de Medicina y Enfermería de Basurto avanza en su desarrollo. Paralelamente, han ido abriendo residencias universitarias, como Resa, en San Mamés, o Livensa Living Bilbao, en Deusto.
“Va muy ligado al proyecto de ciudad que estamos intentando impulsar”, justifica Asier Abaunza, concejal de Planificación Urbana, Proyectos Estratégicos y Espacio Urbano en referencia a Bilbao como ciudad universitaria. En ese sentido, asevera que la llegada de estudiantes foráneos en la ciudad está aumentando, por lo que el hecho de que “haya residencias de estudiantes para atender esa demanda es una cuestión estratégica a nivel de ciudad”. Así, el edil señala que en este momento hay dos proyectos en marcha: uno de ellos proyectado por la propiedad del antiguo colegio Presentación de María Hijas de la Cruz, en el Casco Viejo, y el otro en el solar del número 24 en la calle Mina San Luis.
MAYOR OFERTA DE PLAZAS
“Tuvimos ocasión de debatir el estudio de detalle de este proyecto, que es colindante con el edificio de la parroquia de Miribilla”, señala Abaunza sobre el proyecto de la promotora Egorova Company Time, la misma que en 2021 inauguró la residencia más grande de Euskadi: un complejo de cuatro bloques, que combina alojamientos para universitarios con alojamientos flexibles, en Deusto. Ahora plantea un edificio de seis plantas y 5.825 metros cuadrados en el barrio de pasado minero, para lo que presentó un estudio de detalle –que contó con varias alegaciones de particulares– antes de obtener la aprobación definitiva en el pleno municipal que tuvo lugar en octubre.
“Desde el punto de vista a nivel de ciudad, así lo comenté en el pleno, entendemos que es positivo que haya una mayor oferta de residencias porque los estudiantes, al no tener oferta alternativa de residencias estudiantiles, lo que hacen es compartir piso y, por lo tanto, incrementar la demanda en los pisos de alquiler que tenemos en la ciudad”, alega Abaunza vinculando el aumento de plazas en residencias con una medida para paliar el efecto de la crisis de vivienda. “Si hay mayor oferta para estudiantes, es eso que quitamos de presión sobre las viviendas en alquiler en la ciudad y, por lo tanto, los residentes que buscan piso tienen que competir con menos gente para encontrar alojamiento porque los estudiantes tienen otras alternativas diferentes para sus necesidades”, expone el concejal, quien señala que no será hasta más adelante cuando se pueda comprobar si esta solución es coyuntural.
MODIFICACIÓN DEL PGOU
“Quien se mete a hacer una inversión de este volumen hace sus números. Las empresas que están asumiendo estas inversiones, que son potentes, tienen sus previsiones de retorno”, apostilla el edil, quien reconoce que la tramitación que actualmente está llevando a cabo el Ayuntamiento de Bilbao para modificar el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) –con el fin de añadir más requisitos a los promotores de pisos turísticos en el Casco Viejo, Bilbao La Vieja, Matiko, Abando, Indautxu y Olabeaga, donde necesitarán un acceso independiente para no molestar a los vecinos– también puede ser un aliciente añadido.
Con esta modificación del PGOU, paralelamente, el Consistorio abre la posibilidad a que las residencias de estudiantes tengan una doble rentabilidad al poder alojar turistas durante la época estival. Según la normativa en la que está trabajando el Ayuntamiento –aún se desconoce cuando podrá llevar a cabo la aprobación definitiva–, estos equipamientos podrán destinarse a los visitantes por un máximo de tres meses durante el verano. Esta posibilidad permitiría un uso más racional de estos edificios que en julio y agosto, sobre todo, quedan desangelados sin provocar un perjuicio a la oferta de alojamiento tradicional de la que se nutren los residentes de la ciudad. “Pero el 30% de las plazas tendrán que seguir estando disponibles para cualquier estudiante o doctorado que pueda estar en verano en la residencia”, matiza Abaunza.