El cocinero Fernando Canales, uno de los nombres más reconocidos de la gastronomía dentro y fuera de Bizkaia, ha compartido cómo arranca cada día en casa. Lo hace con una primera comida contundente, que no deja indiferente a nadie, y muy lejos de cualquier propuesta dulce. “Yo desayuno muy fuerte y luego meriendo”, comenta con naturalidad en su última publicación.

Vinagre para retrasar el índice glucémico

El chef realiza un ritual matutino que tiene normas propias. La primera es el vinagre. “Siempre empiezo con un producto que tenga un poco de vinagre. Es muy importante para retrasar el índice glucémico”, asegura. A partir de ahí, los alimentos que degusta son variados, pero siempre salados. "Me suele gustar empezar el día con cogollos aliñados, aguacate, pescado a la plancha, nueces o kombucha. Todo depende del día", relata.

Cogollos aliñados, aguacate, pescado a la plancha, nueces o kombucha.

Huevos de codorniz

Entre los productos hay uno que destaca: los huevos de codorniz. “Tomo diez huevos fritos al día porque me encantan”, afirma divertido. Lo hace, además, con una explicación que él defiende con entusiasmo. “Como el colesterol a cierta edad empieza a dar guerra, utilizo los huevos de codorniz que no tienen colesterol. Es un plato fantástico”. Tampoco falta en ocasiones en su mesa una tortilla francesa para comenzar el día.

Alimentación consciente

Su manera de comer no responde a una moda, sino a una elección práctica de bienestar personal. No es la primera vez. Canales ya adelanto en entrevistas anteriores a Deia su alimentación. El chef ya había explicado que su alimentación cambió por motivos de salud. “Debo cuidarme mucho en los días de trabajo, pero ese cuidado me permite comer de todo cuando libro”, contaba entonces. Por eso organiza sus comidas en solo dos momentos del día, apostando por ingredientes que le sientan bien y le permiten rendir adecuadamente.

Ese equilibrio también se refleja en su día a día. Canales apuesta por el producto como eje de su dieta: aguacate, nueces, fruta, pescado y legumbres, siempre con aceite de oliva como aliado. Eso sí, evita azúcares, repostería e hidratos como el pan en su jornada laboral.

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Moderación y sabor

Canales defiende que alimentarse también es aprendizaje. “A veces hay que enfermar para aprender a comer. Cuando se es joven, es muy difícil comer bien”, reflexiona. Con un desayuno fuerte, aunque algo fuera de lo cotidiano, muestra esa lección y predica con el ejemplo.